El trabajo, hoy: menos oficinas, menos jefes, más autonomía

La pirámide organizacional suena a antigüedad. Las cuatro paredes de la se desvanecen y los mecanismos de control comienzan a desaparecer en nombre de la confianza. La distinción entre tiempo libre y vida laboral como si fuera el deber, por un lado, y el placer, por otro, es una frontera que deja de existir. También la palabra "empleado", que empieza a cambiar por socio, colaborador, partner o alguna denominación que identifique a como googler.

"El empleo en relación de dependencia es bien del siglo XX, porque ya la palabra dependencia va en contra de los valores de las nuevas generaciones, que aprecian sobre todo la autonomía -dice Paula Molinari, fundadora y directora de la consultora Whalecom-. Las empresas compiten con un fuerte espíritu emprendedor de los jóvenes profesionales, ya que el 65% quiere trabajar en proyectos propios."

"Nos caracterizamos por tratar de que la gente esté contenta en el lugar en el que trabaja. Queremos que se sienta cómoda y que pueda crecer", dice Natalia Marcú, gerenta de RR.HH. de para Hispanoamérica. Uno de los , copiado luego por otras empresas, es dejar que el 20% del tiempo laboral se emplee en otros proyectos que no son específicos del área. "Esto permite trabajar con otras personas. Por ejemplo, yo estoy en Recursos Humanos, pero me encanta el marketing. Puedo entonces desarrollar un proyecto con ese departamento." De esta acción entre personas que trabajaban en distintas áreas nació el Gmail.

La generación Y llegó al mercado de trabajo para romper moldes y, además, ahora la llamada , que tiene hasta 18 años, viene para profundizarla. Son ellos los que marcan la tendencia que lleva a una oficina móvil y a dispositivos que son casi una prolongación del cuerpo; a estructuras más horizontales, en las que los jefes son pares (o directamente no hay jefes). Desde esta perspectiva, en la empresa norteamericana de videojuegos Valve no existen jefes desde su inicio, en 1996.

En la empresa dedicada a la compra y venta de artículos online, se usan "metodologías ágiles de trabajo", según explica Diego Salama, VP de Desarrollo de Producto. "Se arman varios equipos de trabajo de unas seis personas con mucha autonomía. Les comunicamos los objetivos y cada equipo se organiza. Preferimos perder en control y ganar en velocidad y agilidad." Los equipos no cumplen un horario fijo, se ponen de acuerdo entre ellos para reunirse, y sus integrantes pueden conectarse entre sí desde diferentes lugares: algunos desde su casa, otros desde las oficinas de la compañía, y quizás haya personas que están en otra provincia, o incluso en otro país. Las reuniones pueden ser en la oficina o en la casa de alguno de los coequipers. "Este sistema fomenta el sentido de pertenencia. Los equipos se sienten dueños del producto", dice Salama.

De la charla con uno de los grupos surgen testimonios reveladores: "Para mí es...

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