'Trabajadores pobres': el informe en el que se basó Cristina Kirchner y que incomoda a la CGT

Cristina Kirchner, con los sindicalistas Ricardo Pignanelli, Omar Plaini, Hugo Moyano, Vanesa Siley y Mario Manrique

En su cruzada contra Alberto Fernández por el rumbo económico de la gestión, Cristina Kirchner habló hace ocho días sobre un inédito fenómeno: el de los trabajadores pobres . Hay en el país 1.500.000 de trabajadores registrados que son pobres, según un estudio elaborado sobre la base de datos del Indec . Representan el 15% del total de la población que está en blanco, de acuerdo al relevamiento elaborado con cifras oficiales del último trimestre de 2021. Están también debajo de los niveles que marcan la pobreza el 45% de los trabajadores informales o en negro y el 41% de los cuentapropistas. Todos ellos no alcanzan con su sueldo a cubrir la canasta básica , que está hoy entre 71.404 y 94.335 pesos según la cantidad de integrantes del grupo familiar.

Para reforzar su argumento teórico, la vicepresidenta apeló a la ayuda de un viejo conocido y se recostó en un informe del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo ( Cetyd ) de la Universidad Nacional de San Martín, un think tank laboral cuyo director es el exministro de Trabajo kirchnerista Carlos Tomada , actual embajador en México.

"Hoy se produce un fenómeno en la Argentina que nunca lo habíamos conocido y que es el de los trabajadores en relación de dependencia pobres. Esto nunca había pasado", puntualizó Cristina la semana pasada desde Chaco como una de las críticas más punzantes contra Martín Guzmán . Y agregó: "A la pobreza siempre la ubicábamos por afuera del trabajo formal y registrado, ahí estaba la pobreza. En los sectores informales, en los sectores precarizados, en los sectores informales. Bueno, ahora no".

El debate sobre los índices de pobreza [es hoy de 37,3%] no le debería sentar cómodo al kirchnerismo, que estuvo en el poder entre 2003 y 2015. Tampoco a Mauricio Macri , que hizo campañas electorales con el utópico eslogan de "pobreza cero" . En el reparto de culpas, lo que sobresale es la alarma por las estadísticas y una preocupación adicional para que el retroceso salarial no se convierta en algo estructural , como ya lo son la pobreza, la desigualdad y la informalidad y precariedad laboral. Heridas abiertas de las crisis recurrentes.

"La pérdida del poder adquisitivo de los salarios entre 2018 y 2019 fue de 20%. Ahora se está dando una leve recuperación y se frenó la caída libre", dice Matías Maito, autor del informe del Cetyd que sirvió de sustento...

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