Tortazos

Todo se ha engranado para mal. Algunos momentos de nuestra infancia están indisolublemente ligados a esos chispazos de felicidad que nos deparaban las guerras de tortas en Los Tres Chiflados.

Ya no. Ahora los tortazos son literalmente eso: tortazos, piñas, agresiones. Algo feo que puede escalar a algo aún más desagradable.

La candidez infinita del ministro de Cultura porteño hizo que probara un bocado envenenado de una torta indebida. Lección elemental para cualquier funcionario: mantenerse a distancia, por respeto, de manifestaciones que puedan sensibilizar mínimamente a los fieles de cualquier religión. Molestar creencias no es signo de modernidad, sino de antigüedad absoluta. Imaginen qué hubiese pasado si, en vez de la forma de Cristo, la torta hubiese sido un calco de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR