'A todo o nada': los peligros de que el Mundial se convierta en un termómetro de la autoestima

Festejos en Mar del Plata durante el partido entre la Argentina y México, el sábado pasado

Es difícil hacerle entender a la gente que mañana sale el sol, ganes o pierdas". Si la frase no tuviera autor, podría atribuírsele a alguien que vive el fútbol desapasionadamente. Sin embargo, pertenece al director técnico del seleccionado argentino, Lionel Scaloni. "Habría que tener un poco más de sentido común y pensar que es solo un partido de fútbol", completó el exfutbolista en una entrevista con LA NACIÓN , pocas semanas antes de que la Argentina jugó la Copa América en 2021. "Es solo un partido de fútbol", remató.

Hoy, a la luz de los acontecimientos mundialísticos, las palabras de Scaloni cobran otro significado. "La sensación es que te estás jugando algo más y no lo comparto. Eso mismo sienten los jugadores. Tenemos que corregirlo. De lo contrario, cada vez que juegues por seguir adelante con la selección va a ser siempre así", siguió.

¿El fútbol es nada más que fútbol? ¿Podemos darle ese significado? ¿Qué se juega en los mundiales que nos hace vivir cada partido con tan altos niveles de tensión y ansiedad, donde ganar o perder se vuelve lo único importante? ¿Necesitamos como país cada cuatro años el aliciente del Mundial para olvidarnos de las penurias cotidianas? ¿Es el único momento en el que nos podemos poner todos de acuerdo?

No hay respuestas sencillas a esas preguntas, aunque sí una invitación a repensar los hábitos que revisten la pasión mundialista, argumentan los especialistas consultados por LA NACIÓN . Festejar, disfrutar, unir, compartir. Todas son cuestiones que hacen posible la Copa del Mundo, pero que, sobredimensionadas, pueden convertirse en antivalores.

"El problema llega cuando nos creemos acreedores de una alegría que damos por sentada . Y eso nos hace sentir que nos deben algo", afirma el psicoanalista Miguel Espeche.

"Para los argentinos, el fútbol se convirtió en un termómetro de la autoestima ", apunta el psiquiatra y ensayista José Eduardo Abadi.

"El Gobierno necesita que esta tendencia tan marcada al reduccionismo se cumpla acabadamente , para que el déficit que tiene hacia la sociedad sea apaleado por un triunfalismo. Necesitamos un olvido, una pausa en esa deuda con el autoestima. Preferimos mentirnos. Pero es hora de que pensemos. No solo somos grandes a través del fútbol", apunta el filósofo y escritor Santiago Kovadloff.

Salirse de lo cotidiano

"El Mundial modifica la vida de todos los argentinos. Incluso de...

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