Titular, goleador, ovacionado... fue el día de Trezeguet

Y claro. Si tiene 34 años, 14 títulos de campeón, tres mundiales jugados, una trayectoria reluciente en Juventus... ¿Cómo habría de pesarle a David Trezeguet la responsabilidad que le cabía en su primer encuentro oficial como titular en River? Aunque para hacerle un lugar se había tenido que hacer un par de cambios no menores: dejar el redituable esquema 4-4-2 y desplazar al banco de suplentes al rendidor Ezequiel Cirigliano. Y todo, en pos de que el tridente ofensivo amedrentara desde el comienzo a un Merlo que no solamente llevaba seis fechas sin caídas, sino, sobre todo, un promedio de menos de un gol recibido por fecha.Nada de eso le pesó al atacante francés. Es más: vivió la jornada más feliz desde que volvió al fútbol argentino. Esto se presume por su lenguaje gestual, su festejo dedicado a los hinchas, sus sonrisas. Sólo por eso, porque el Nº 7 no emitió sonido ante los periodistas tras el partido en el que había sido figura.Voces habían sobrado un buen rato antes, a los 35 minutos del segundo tiempo. Fue cuando Trezeguet salió, suplido por Rogelio Funes Mori, y los hinchas saturaron el decibelímetro al aplaudirlo y aclamarlo. "Olé, olé, olé, olé, David, David", agradecieron una actuación impecable del ex jugador de Platense.Agradecieron, además, esa predisposición a resignar el fútbol europeo por una primera experiencia en un River descendido, esa locura de alguien que no estaba identificado con la banda roja sino sólo en su círculo privado. Y tras las sospechas iniciales, por la edad, por no continuar en el Viejo Continente, por no ser del palo , Trezeguet compró un terreno en el corazón de los simpatizantes y en la alineación titular, por la vía más incontrastable: la de los goles. Cuatro llevaba en la primera B Nacional, y todos importantes. Más el aporte del buen juego, incluso. Era lógico, entonces, que el campeón del mundo de 1998 tuviera un puesto desde el pitazo inaugural. Tras las pruebas en entrenamientos con tres y cuatro defensores para definir cómo le hacía un lugar entre los once de salida, Matías Almeyda se jugó al extraer a Cirigliano, uno de los mejores en la temporada.Y le salió más que bien, porque su apuesta respondió con creces. En la primera mitad del choque con Merlo, cuando River no entraba al área...

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