Tierra de oportunidades para el valor agregado

Son tierra de oportunidades que tiene el país para volver a ser un jugador dentro de la escena de la economía mundial. También son los sectores preparados para recibir inversiones extranjeras que pueden salir a competir al mundo. Las "nuevas pampas húmedas", como se las conoce, están en ámbitos tan variados como los recursos naturales y el talento humano. Sin embargo, con una tradición de deudas impagas y variables macroeconómicas que dificultan la estabilidad, como un tipo de cambio impredecible e inflación alta, el atractivo argentino baja.

Para Antonio Aracre, director general de Syngenta para Latinoamérica Sur, los desafíos de la macroeconomía son los principales limitantes del desarrollo. "Desde la óptica de un inversor extranjero el problema surge cuando hay un desacople a largo plazo entre la inflación y el tipo de cambio, porque se generan distorsiones macroeconómicas. En otras palabras, la Argentina se vuelve muy cara o muy barata", subrayó.

Sugirió que es importante bajar la inflación con el gradualismo que la sociedad permita, pero garantizar que a corto y mediano plazo "el desacople no incida con la productividad". Añadió: "Los chinos se caracterizan por pensar lo que va a pasar en 30 años. Un inversor más occidental mira el riesgo político. Y hoy no queda claro si la Argentina como comunidad tiene el consenso de querer ser un país diferente o si quiere volver a uno cerrado, que se mira al ombligo".

"La Argentina quiere alimentar al mundo, pero con un valor agregado tecnológico", siguió, y agregó: "El desafío es pasar a ser de un país agrícola a uno agrotecnológico".

Miguel Kozuszok, presidente de Unilever para América Latina, estuvo de acuerdo. Habló acerca de la situación de la alimentación: "A nivel mundial [el sistema] está quebrado, la desnutrición está aumentando. En 2015 había 777 millones de personas desnutridas y subió a 815 millones en 2017. Una Argentina entera, casi 40 millones de personas, son nuevos en este tristísimo grupo". La oportunidad está en que el país tiene la capacidad de producir diez veces lo que consume en el rubro, comentó el ejecutivo, y agregó: "No hay nada mejor que procesar los alimentos en origen para evitar desperdicios. A nivel mundial un tercio de la producción es desperdiciada, en la Argentina son 16 millones de toneladas anuales, y al mismo tiempo hay hambre".

El ejecutivo de Unilever cree que la coyuntura no tiene un impacto tan importante en las decisiones de inversión: "La inflación tiene...

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