La tierra de las oportunidades perdidas

Pinochet y Perón, en 1974, en Morón

La historia es eso que pasa mientras la Argentina desperdicia oportunidades . Acaso la mayor fue la que se nos presentó con la Segunda Guerra Mundial, cuando el país estaba entre los diez más ricos del mundo, llevaba medio siglo sin defaults y una década de crecimiento ininterrumpido, Inglaterra nos debía fortunas, los pasillos del Banco Central rebosaban de lingotes de oro, no había inflación, nuestro PBI era el doble que los de Italia y España y superior al de Francia, y las condiciones de vida eran las mejores de Latinoamérica y casi toda Europa; por lo cual recibíamos millones de inmigrantes ansiosos de trabajo y de progreso.

Fue por entonces que equivocamos todas nuestras decisiones. En lugar de aliarnos con las naciones democráticas, el golpe de 1943 nos puso del lado equivocado de la grieta mundial, impidiendo por años que la Argentina entrara en guerra con el Eje nazifascista. Cuando el presidente Rawson, primero, y el canciller Storni, luego, manifestaron su voluntad de unirse a los Aliados, nuestro germanófilo Ejército los obligó a renunciar. A continuación, el vicepresidente de aquella dictadura desarrolló su campaña presidencial bajo el lema "Braden o Perón", enemistándonos con un país democrático que era la primera potencia mundial. Ya presidente, el entonces coronel abrió las puertas de la Argentina a miles de nazis, lo cual incluyó a los jerarcas más sanguinarios, como el doctor Mengele, atroz experimentador de Auschwitz; Erich Priebke, el carnicero de las Fosas Ardeatinas, y Adolf Eichmann, organizador de las deportaciones a los campos de exterminio. Después, Perón -que creía inminente una tercera guerra mundial- cerró la economía (del 24% al 12% del PBI), apostó a la sustitución de importaciones y sometió al país a un modelo de desarrollo copiado de la Inglaterra fabriquera del siglo XIX. Finalmente, Evita viajó a Europa a sacarse fotos con Franco… y acá estamos.

¿Década infame? Puede ser . Pero durante los trece años anteriores al 17 de octubre de 1945 la economía argentina creció a un promedio anual del 3,97%, y la industria, al 5,72%. El contexto económico en que asumió Perón era extraordinariamente favorable: quince años de saldos comerciales positivos que superaban ya el 8% del PBI, inflación inferior al 2% anual, tasas reales positivas y 80% de los ahorros en pesos, reservas del Central que alcanzaban para pagar cinco años de importaciones y el mayor boom de precios de nuestras...

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