La tierra de Benetton: en un ambiente enrarecido, la armonía quedó fisurada

ESQUEL.- Gabriel Colipi viajó desde la comunidad Pillan Mawisa, espera en el camino de ripio y levanta su dedo. Es lo único que se mueve en la inmensidad de la estepa árida, apenas surcada por el deshielo y sembrada de coirones secos.

El mapuche se traslada a otra comunidad para advertir por la aparición de zorros muertos en sus viviendas, un símbolo que lee en clave intimidatoria. Un patrón de estancia frena su camioneta, clava sus botas en suelo y ensaya un breve interrogatorio, seco e imperativo. La escena no pasa a mayores, pero la tensión se siente en el aire.

Desde que la desaparición de Santiago Maldonado dejó en carne viva el conflicto territorial, en la tierra de Benetton el ambiente está enrarecido. La armonía está definitivamente fisurada.

La estancia Leleke, propiedad de la Compañía Tierras del Sud Argentino (CTSA) en la zona de la precordillera andina de Chubut, ocupa unas 356.000 hectáreas y es el escenario donde se volvió más virulenta la protesta mapuche, que considera que el latifundista huinca (el hombre blanco que somete) es el verdadero usurpador en la tierra de sus ancestros.

Desde la óptica de los Benetton, sin embargo, el reclamo mapuche es un fenómeno nuevo, que se puso de manifiesto luego de que en 1991, el holding italiano compró CTSA (y sus tierras) al consorcio inglés que se instaló en la Patagonia durante un siglo.

Para estos empresarios, los mapuches conducidos por Facundo Jones Huala, que en 2015 se instalaron en el Pu Lof Resistencia Cushamen a la vera de la ruta 40, pertenecen al grupo radicalizado RAM. Pero muchos dirigentes aborígenes en Chubut niegan que tal corriente exista en la Argentina. Y aseguran que "hay 145 mapuches desaparecidos desde el retorno de la democracia".

"Benetton ejerce violencia gracias al apoyo del Estado. No es sólo mandarnos a la Gendarmería, es una opresión contra nuestro pueblo porque nos dejan sin recursos", dice a LA NACION un peni (hermano) que no quiere ser identificado, en el lugar donde Santiago Maldonado fue visto por última vez. Envuelto en harapos que sólo dejan ver sus ojos, pide que le lleven tabaco y fruta. Hace chistes y describe al joven desaparecido como "un anarquista" que aquel 31 de agosto "durmió poco y se mostró inquieto".

La empresa del Grupo Benetton, es dueña de 902.000 hectáreas en la Argentina. De acuerdo a los últimos balances contables presentados por CTSA, a los que accedió LA NACION, las ganancias del último año ascendieron a los $ 44 millones. La...

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