Un tiempo muerto para bajar los nervios y buscar salidas

MADRID.- "Tiempo muerto". En básquet se lo usa para repensar estrategias en el fragor del partido. En el conflicto catalán se abre ahora un paréntesis de varios días para rebajar la crisis y encontrar una salida política de una escalada crítica.

Desde ayer, cuando el gobierno de Mariano Rajoy ofreció ese "tiempo muerto", al independentismo catalán le será más difícil decir que "no hay diálogo".

Ya no sólo se lo ofreció el presidente del gobierno, sino que lo hizo en el recinto del Congreso de los Diputados y respaldado por la mayoría de los partidos allí representados.

Que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el centrista Ciudadanos y hasta la izquierda de Podemos hayan secundado el "diálogo" ofrecido por el presidente lo vuelve contundente y deja al gobierno de Carles Puigdemont con escaso margen internacional para rechazarlo.

Es posible que en las próximas horas organismos y líderes europeos respalden esa oferta e inviten a Puigdemont a aceptarla.

Son los mismos líderes e instituciones europeas a las que el independentista les viene pidiendo que "no desatiendan" la situación catalana.

En los mecanismos de la Unión Europea (UE), de la que Cataluña no puede alejarse un minuto sin dañar seriamente su economía y su bienestar, difícilmente no se apoye la oferta oficial de Madrid y del conjunto mayoritario de la clase política española.

Ahora que tiene semejante invitación, ¿la aceptará? ¿Hará efectivo ese "parlem" (hablemos) que pone en sus pancartas?

No parece. La primera reacción de Puigdemont fue tan confusa como su peculiar declaración de independencia.

Lo que hizo fue publicar en las redes sociales la imagen de un típico comienzo de partido de ajedrez.

Una foto en la que se ve una de las aperturas más usuales: un peón que avanza. Pareció una críptica respuesta, de interpretación abierta, al pedido de Rajoy y de la mayoría del Congreso español para que aclare qué hizo en la noche del martes: si declaró o no la independencia de la región.

"Porque nadie ha entendido nada", dijo el presidente, al expresar una impresión generalizada. Si algo abunda por estas horas son intentos por interpretar lo que quiso ser ese acto en el Parlamento catalán.

Tanto que ni siquiera los promotores de la independencia fueron capaces de decir qué había pasado.

"Ocurrió lo que ocurrió", ilustró ayer -seriamente- el...

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