Thomas Merton, maestro de espiritualidad en medio de los hombres

AutorRoberto Méndez Martínez

Cuentan que la primera misa a la que asistió, en una humilde iglesia de Harlem, lo dejó más inquieto y desconcertado, pero ahí se inició un camino que lo llevaría a recibir el bautismo católico el 16 de noviembre de 1938. Para otro quizá hubiera sido el fin de sus búsquedas, para él, apenas era el comienzo. En 1940 llegaría a Cuba, en peregrinación al santuario de Nuestra Señora de la Caridad en el Cobre. Busca acá la iluminación. No quiere ser un cristiano rutinario ni un hombre simplemente piadoso, desea cambiar muchas cosas en sí porque también quiere modificar las circunstancias del mal en el mundo.

Es el retiro espiritual en el que participa en la abadía trapense de Getsemaní en Kentucky, en la Semana Santa de 1941, el que cambia definitivamente su vida. En diciembre de ese año sería aceptado allí como novicio. Hasta su nombre cambia. A partir de entonces será el Hermano Louis.

Su descubrimiento de la fuerza del amor lo lleva a hacer verdaderos milagros. Cuando publica en 1948 su autobiografía espiritual en los EE.UU., bajo el título La montaña de los siete círculos, logra vender más de 600 000 ejemplares, a pesar de que el New York Times lo había excluido de la lista de best sellers potenciales. Los entendidos llegaron a comparar el volumen con Las confesiones, de San Agustín.

Merton descubrió en su interior el ansia de ser un ermitaño para vivir su camino espiritual; pero a la vez, supo que debía darse a los otros y de hecho, en cada año que transcurría se iba volcando cada vez más hacia a los más urgentes problemas sociales: las campañas contra las guerras imperialistas, la defensa de los derechos civiles, las preocupaciones ecológicas. Su epistolario da fe del alcance de esas luchas. Escribe sin fatigarse: sus interlocutores son intelectuales como los poetas Ernesto Cardenal, Boris Pasternak, Czeslaw Milosz, o líderes religiosos como el rabino Abraham Heschel, el budista Zen Suzuki y hasta los papas Juan XXIII y Pablo VI, lo mismo que interpela a los presidentes norteamericanos John F. Kennedy y Lyndon B. Jonson. Esto no impide su labor como traductor al inglés de muchos de los textos legados por los monjes del Medioevo o escribir libros originales y de una rara...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR