El termómetro de la TV

ÚLTIMO CAPÍTULOEl que las hace las paga en pantallaEl mal siempre paga, al menos en el territorio moralizante de las telenovelas. La regla se cumplió para Renata Medina (Juana Viale), la villana/heroína de Malparida , quien, amedrentada por la culpa, se suicidó arrojándose al vacío desde lo alto de un campanario de una iglesia. Todos felices: los actos malditos fueron sancionados. Y para darle un respiro a la, por momentos, "líquida" moral social, una voz en off alertó, mientras la asesina serial agonizaba: "Amar, sana. Odiar, mata".Antenoche, cuando por la pantalla de El Trece se emitió el último capítulo de la tira -con picos de 31,6 puntos de rating-, Renata ya no era la de antes: se la veía arrepentida, feliz, enamorada y con ánimos de enterrar su pasado. Estaba muy lejos de esos comienzos en los que transitaba los caminos de la mentira, la frialdad, el odio, el sadismo y la alteración de toda norma y tabú. Había domado su costado salvaje, formado bajo las estrictas reglas del resentimiento hacia Lorenzo Uribe (Raúl Taibo) que le dictó su abuela Gracia (Selva Alemán). Ese hombre, que creía responsable del suicidio de su hija, debía morir y su nieta sería la encargada de sacrificarlo. Sin embargo, no reparó en que la joven se enamoraría del hijo de Uribe, Lautaro (Gonzalo Heredia).Desde ese momento, la historia de amor estuvo destinada a fracasar. Sobre todo porque Renata había asesinado a la madre de su amado, algo que el protagonista descubrió en el penúltimo episodio. La felicidad del comienzo del capítulo duró poco: en los culebrones, la plenitud es efímera para las malditas. "¿De quién me enamoré?", la cuestionó Lautaro antes de entregarla a la policía, con un embarazo que prosperaba. Siete meses después, en el encierro, dio a luz, aferrada a la mano de su novio, que arrepentido le susurró: "Lo peor de todo es que te sigo amando". Ella, en cambio, le entregó la beba para advertirle: "Salvala de mí. Dale todo el amor que no te pude dar". Con esas palabras comenzó a desandar los últimos tramos de una vida que fluctuó entre los roles de víctima y...

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