La tercera... ¿será la vencida?

SANTIAGO, Chile.– Este Messi versión 2015 que paseó su talento por varios puntos de Chile tal vez sea diferente. Este desafío personal con la gloria es definitivamente el mismo. Otra vez cerca de tocar el cielo con las manos. De convertirse en leyenda. Se trata del tercer llamado personal a reparar las frustraciones del pasado. Nunca entendió cómo se escapó la final de Maracaibo ante Brasil por la Copa América de Venezuela 2007. Y quedó paralizado delante de la Copa del Mundo hace un año, tras el impacto de la derrota con Alemania en Brasil 2014…

El recorrido de Messi en la Copa América viene dando material para la ilusión y el elogio. Dentro y fuera de la cancha, marcó el camino con una madurez y liderazgo que exceden a sus años. Las charlas con el Tata Martino y las conversaciones dentro del plantel después del partido fueron la certeza de estar enfocado en el objetivo que más lo conmueve: ser campeón con la camiseta de su país. Se sintió firme en los rubros que el fútbol le reserva a las estrellas: en la geografía del área y sus alrededores mostró categoría, valentía y sabiduría. En el terreno de las presiones, su motivación pretende corresponder a los llamados de la historia.

Con un Messi encendido, la propuesta del Tata generó más y mejores situaciones en esta competencia, aunque es cierto que no pudo materializarlas con sus pies, salvo de penal (ante Paraguay y en la definición por penales ante Colombia). En cada uno de los partidos que jugó en suelo chileno, el equipo de Martino generó más situaciones que sus oponentes, de las cuales Messi participó en casi un 80 por ciento según las estadísticas. Aunque no anotó un gol de jugada, les abrió el camino a sus compañeros para que festejen. Decisivo desde lo estadístico y lo estético, puso todo de su talento al servicio de los demás y en beneficio colectivo de la idea futbolística.

Tener al mejor jugador del mundo no garantiza resultados si a su alrededor no lo acompaña un engranaje de juego adecuado. Las experiencias del pasado así lo demostraron. Las recientes parecen certificarlo. Martino lo ubica igual de como juega en Barcelona, por la derecha, y en el mismo esquema (4-3-3), acá con Di María por la izquierda y con su amigo de la vida Agüero por el...

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