La tentación de ser el paraíso fiscal europeo

LONDRES (De una enviada especial).- Dos meses antes del referéndum por el Brexit, el ministro de Economía francés, Emmanuel Macron, provocó a los británicos durante una visita a Londres con un: "¿Supongo que no tendrán ustedes la intención de convertirse en el Jersey o el Hong Kong de Europa?"

Ese día Macron dio muestras de una auténtica clarividencia. Pues, detrás del riesgo real de marginación de la poderosa City londinense después de consumado el divorcio de la Unión Europea (UE) -un aislamiento costoso en empleos y crecimiento económico-, se oculta otro riesgo mucho más pernicioso para la comunidad internacional: ver a Gran Bretaña y su centro financiero lanzarse en un dumping fiscal y reglamentario particularmente agresivo para imponerse como "el paraíso fiscal" de Europa, mucho más poroso y complaciente de lo que es actualmente con el dinero sucio, gris o negro, originado en el fraude fiscal, los tráficos o la corrupción.

Ese peligro es real. Un informe de la ONG Transparencia Internacional publicado en marzo reveló que 40.000 propiedades de lujo en Londres pertenecen a sociedades-pantalla domiciliadas en paraísos fiscales. En una economía totalmente desregulada como la británica -sobre todo en el mercado laboral-, el futuro gobierno no podrá actuar sobre el costo del trabajo para compensar el inevitable shock de productividad que se avecina.

"Entre las pocas armas que tendrá al alcance, la fiscalidad podría imponerse como variable de ajuste", analiza Tony Barnett, de la London School of Economics. "En esas condiciones, la clase política británica estará muy tentada de reducir drásticamente los impuestos, sin ninguna concertación con sus vecinos europeos, a fin de recuperar el atractivo para empresas e inversores", precisa.

La tasa de imposición de las sociedades radicadas en Gran Bretaña ya es extremadamente moderada con relación a los otros países de la UE. Hoy es del 20%, lejos del 33% que rige en Francia, y debería incluso llegar al 17% en 2020. Es decir, la tasa más baja de los países del G-20.

Una vez liberada de la legislación europea, Gran Bretaña también estará sometida a la tentación de reducir sus regulaciones tanto en materia fiscal como financiera...

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