Temen posibles embargos a embajadas

Hubo llamadas insistentes desde el exterior, cables cifrados y reuniones secretas en el Palacio San Martín. La Cancillería se convirtió en los últimos días en una fuerte caja de resonancia del conflicto entre el Gobierno, el juez y los hold-outs. El nerviosismo responde a una cuestión de supervivencia: de los fondos buitre a cuentas bancarias, inmuebles, vehículos o bienes correspondientes a la diplomacia argentina en el exterior.

Una opción para evitar la incautación de cuentas por parte de los holdouts sería trasladar fondos de la Cancillería desde Estados Unidos a otros países, pero no trascendió si el operativo se puso en marcha. Lo cierto es que las autoridades del Palacio San Martín, incluido el canciller Héctor Timerman, dan muestras de preocupación y analizan eventuales alternativas para evitar embargos.

Según pudo saber LA NACION, el canciller instruyó a la secretaria de Coordinación y Cooperación Internacional, Paula Verónica Ferraris, tendientes a "sellar herméticamente", tal como lo definieron, los fondos del servicio exterior que tiene la Nación.

Hasta el jueves por la noche la funcionaria de confianza de se encontraba en el exterior y su equipo trabajaba en el tema con detenimiento.

No obstante, se pudo saber que el clima de preocupación y malestar es generalizado en toda la Cancillería desde que se conoció que la Argentina podría entrar en un default técnico a partir de este lunes.

"Estamos en alerta y vamos a reaccionar con tranquilidad porque la ley nos ampara. Aunque siempre puede haber un juez que eluda la legalidad internacional y avance sobre nuestros bienes", expresó a LA NACION un destacado funcionario del área administrativa del Palacio San Martín.

Según la Convención de Viena, los salarios, los bienes y las cuentas de la diplomacia no son embargables.

La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas es un tratado internacional que regula las relaciones diplomáticas entre los países y la inmunidad del personal diplomático. Fue adoptada el 18 de abril de 1961 en Viena y entró en vigor el 24 de abril de 1964.

No obstante, algunos abogados especializados en temas diplomáticos consideran que hay otros rubros dentro del servicio exterior que podrían ser pasibles de eventuales incautaciones por parte de los holdouts.

Por ejemplo, la recaudación consular que obtienen las dependencias diplomáticas en el exterior por trámites comerciales y otros servicios. Estos fondos son considerados ingresos del Tesoro y por lo tanto...

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