De telones, ladrillos y entretelones

El Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA), el Teatro Colón, el Argentino de La Plata y el Teatro Cervantes forman el conjunto de las grandes salas públicas de producción escénica. Aunque persiguen objetivos artísticos tan diversos como complementarios, poseen un inobjetable poder tanto simbólico como real. Y tienen otro punto en común: atravesaron o atraviesan largos períodos de desinversión estatal que, entre otras consecuencias, hicieron que estos grandes espacios arquitectónicos construidos entre 1908 y 1999 hayan padecido y sigan padeciendo claras situaciones de abandono que son evidentes tanto para los trabajadores de estos teatros como para el público y los artistas que participan de los espectáculos que allí se presentan.

En estos últimos años, en el Teatro San Martín, nave insignia del CTBA, la situación alcanzó puntos extremos. En 2013, sólo funcionaban el 50% de los baños. Ese mismo año, Alfredo Alcón y Joaquín Furriel debieron suspender funciones de Esperando a Godot por falta de calefacción en la sala (cosa que siguió sucediendo con otros espectáculos). También en 2013, sobre la platea de la sala Martín Coronado cayó una verdadera catarata de agua durante un ensayo.

En el Teatro Alvear, la respuesta ante el problema de las goteras fue poner una lona. Estuvo años allí. Con las obras ya comenzadas, el año pasado se reabrió la sala Lepoldo Lugones luego de haber estado cerrada casi un año y medio. El mismo día de la apertura, dos de las funciones no se pudieron realizar porque no andaban los ascensores.

Las otras tres salas púbicas también padecieron o padecen situaciones similares. Como es evidente, el Teatro Colón es el que desde 2010 luce en condiciones. También es cierto que, según datos oficiales de 2013, el presupuesto anual del Colón era superior al total de las otras tres salas mencionadas (301 millones frente a 276 millones de pesos).

El Teatro Argentino fue inaugurado en 1999. Según información de 2011, de remitirse al plan original sólo el 62% de ese imponente edificio brutalista está terminado. El último trabajo de infraestructura que se ha realizado allí fue la instalación de una polémica reja perimetral. Eso ocurrió durante la gestión de Jorge Telerman como número uno de Cultura de la provincia de Buenos Aires en tiempos de Daniel Scioli. En tiempos de María Eugenia Vidal, hasta el momento no hubo anuncio alguno sobre la existencia de un plan de renovación tecnológica y necesaria recuperación del edificio. Desde la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR