Técnicos de la cornisa a la pasarela

La irrespetuosidad contractual con los entrenadores está tan enquistada que ya parece una manera de proceder en el fútbol argentino. Pero no siempre los técnicos son los mártires. Es que, pese a los atropellos, varios son serviles al circo. José Pekerman, a contramano de una corriente decadente, acaba de regalar otra lección de conducta: "Aunque me gustaría dirigir aquí, no quiero hacerlo apenas un colega se queda sin trabajo. Es que acá la profesión está mal interpretada; lo único que quieren los dirigentes de los clubes es que uno llegue para tapar agujeros y apagar incendios". Hay DT/víctimas que se desechan con un soplido, y también DT/cómplices que sólo eligen cobrar hasta el último día que trabajaron a cambio de no quedar marcados, conseguir la libertad que les permita negociar con otro club y no bajarse del gran escenario. Es una profesión tan endiosada como bastardeada. Algunos la dignifican y otros la desacreditan.Son muchos entrenadores y apenas 20 conjuntos en la A. No hay espacio para todos. Entonces, algunos se muestran sin pudor en esa bolsa de trabajo. Llaman, preguntan, se ofrecen a través de alguien. Presionan; a veces, serruchan. En el mercado laboral argentino, abundan los técnicos que tienen el hábito de sentarse ante las cámaras para asegurarse ser inquilinos de la vidriera. "Hay que estar en ese entorno que muchas veces forman dirigentes, empresarios y hasta periodistas porque a partir de ahí surgen entrenadores que siempre tienen...

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