Teatros: la defensa de las salas como señal de pertenencia

Mientras que salas míticas de la actividad fueron demolidas en nombre de cierto progreso (léase, especulación inmobiliaria) sin que la ley que protege a los espacios teatrales (o que debería protegerlos) termine de aplicarse, el movimiento de salas porteñas es permanente.Algunas volverán a la actividad en una versión reducida, como en cuestión de semanas sucederá con el Astros. En otras, como ocurrirá con el Teatro del Picadero, el espectador se encontrará con un espacio mayor. Mientras tanto, el SHA acaba de reabrir sus puertas.En el último año, otras salas quedaron en el camino, sea por problemas de vencimiento del alquiler (Abasto Social Club) o porque el dueño consideró que la apuesta por el teatro había cumplido su ciclo (Teatro del Nudo). Al mismo tiempo, unas se expandieron (caso de Timbre 4) mientras que otras tantas (como La Carpintería, El Extranjero y Código Montesco) abrieron sus puertas. En estos últimos doce meses, la mayoría de las salas del circuito independiente lograron tener una figura legal que las ampare. Sin embargo, otras, las del "off del off", están esperando que la legislación considere definitivamente sus particularidades y puedan funcionar con requisitos sensatos. Es lo que aguardan y merecen espacios como El Perro, Elefante Teatro y otros 17 lugares.El mapa de las salas es amplio, amplísimo. Va de aquellas que no llegan a las 50 butacas hasta la grandilocuencia de un espacio como el Teatro San Martín. Sin embargo, lo grandilocuente tiene sus patas flacas (algunas de ellas, son más que evidentes). De hecho, el San Martín sigue aguardando terminar la obra en su fachada que comenzó hace 7 años. Y mientras las otras salas que forman parte del Complejo Teatral de Buenos Aires se ilusionan con un urgente tratamiento de chapa y pintura, en el Centro Cultural San Martín el gobierno porteño inaugurará en poco tiempo un espacio multifuncional para 500 espectadores de primera línea. Quizás ocupe el lugar de la sala Villa Villa, la de Recoleta, que por falta de equipamiento nunca cumplió con los objetivos trazados. ¿Será el tiempo de revancha?El circuito sostenido con dineros públicos también tiene sus falencias y suma cantidad de datos contradictorios. Por ejemplo, si bien el alicaído Centro Cultural San Martín abrirá un imponente espacio, la histórica sala del sexto piso del mismo, la Alberdi, está en pleno conflicto. El espacio depende de la Dirección General de Enseñanza Artística, hubo reclamos por el estado en el cual estaba, se...

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