Tan imprevisibles como relajados

La temporada de premios, que comienza cada año en Hollywood en una noche como ésta y se extiende hasta fines de febrero, cuando los Oscar marcan el final de las alfombras rojas y agradecimientos a Dios, a los abogados y los representantes involucrados en la carrera de los ganadores, es muchas cosas. Una gigantesca máquina de promoción, un evento cultural que marca la agenda de los admiradores de la moda en todo el mundo y, sobre todo, una tradición tan entretenida como previsible. Aunque nos emocione ver el momento de la apertura del sobre y mirar de cerca las caras tensamente sonrientes de los candidatos, lo cierto es que no hay mucho lugar para la sorpresa en estas ceremonias. Casi siempre los ganadores se pueden adivinar desde lejos, desde que las películas debutan en festivales como Sundance o Toronto.

Sin embargo, los Globo de Oro, que se entregarán esta noche y cuya ceremonia emitirá aquí TNT, desde las 21, escapan a cualquier pronóstico. Y su imprevisibilidad tal vez sea su mayor atractivo, después de la suerte de contar con Tina Fey y Amy Poehler como...