También Zannini quiso decidir sobre Ciccone

Antes de que la misteriosa empresa The Old Fund desembarcara en y de que estallara el escándalo consecuente, el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, impulsó un plan para que la imprenta quedara bajo la órbita de la Casa de Moneda, pero fracasó en el intento.Terminó derrotado la firma Boldt y por la desidia -o directamente el sabotaje interno- que exhibieron desde otras áreas del Gobierno, según reconstruyó LA NACION sobre la base del relato de funcionarios, documentos públicos y fuentes del sector privado que consultó durante las últimas semanas.Zannini se involucró en el destino de la ex Ciccone a mediados de 2010, cuando la Justicia dispuso la quiebra de la compañía. Le pidió al ministro de Justicia, Julio Alak, que hiciera lo necesario para que la Casa de Moneda tomara el control de la imprenta potenciar a la alicaída imprenta estatal y mantener la estratégica impresión de papel moneda bajo el control total del Gobierno.El tándem de Zannini y Alak afrontó, sin embargo, fuertes resistencias internas. Algunos funcionarios se mostraron muy afines a los intereses de Boldt, que pretendía quedarse con la planta de la ex Ciccone, mientras que el entonces ministro de Economía, Amado Boudou, comenzaba a desmarcarse junto a su socio José María Núñez Carmona.La puja entre Zannini y Boudou lleva varios años. Incluyó ya varios episodios más o menos públicos. El último ocurrió cuando el hoy vicepresidente criticó a los funcionarios públicos que se hacen los "machos del off" para operar en los medios en su contra.A mediados de 2010, sin embargo, y tras recibir la directiva de Zannini, Alak convocó entonces a un reconocido abogado comercialista, Héctor García Cuerva, con quien ya había trabajado en las intervenciones de Aerolíneas Argentinas y del club Racing.La premisa que recibió el ministro sobre la ex Ciccone fue escueta, pero precisa: "Esto debe ser público".La familia Ciccone ya había fracasado en todos sus esfuerzos por evitar la quiebra de la firma. El empresario Ernesto Gutiérrez, el fondo Fintech de David Martínez, los hermanos Schoklender y el actual embajador ante Uruguay, Dante Dovena, fueron sólo algunas de las puertas que intentó la familia para llegar al ex presidente Néstor Kirchner. Pero siempre sin resultado."Kirchner quería tomar el control de la empresa Ciccone", relató a LA NACION un alto funcionario al tanto desde hace años de la operatoria. "Y no quería a los Ciccone como dueños, ni como socios en la empresa", añadió.En...

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