Talleyrand no fue a Chile

De la administración de Alberto Fernández se pueden decir muchas cosas, pero hay una que es indiscutible: su originalidad. Incomparable. Por origen, por ejercicio y por resultados. La pertenencia a una coalición panperonista, con el centro de gravedad del poder debajo del Presidente, terminó construyendo un artefacto indescriptible. Tan inasible como incomprensible en demasiadas áreas. Y en pocas más errático que en política exterior. Con embajadores políticos en pose de librepensadores, sin disciplina ni orden.

El vecindario es un caso. Dos de los países con más intereses compartidos y más disputas abiertas ofrecen paradigmáticos ejemplos contrapuestos. En Brasil, el optimista inveterado Daniel Scioli expone su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR