De tal palo, tal astilla: cuando padres e hijos conviven en el mundo de los negocios

Hasta hemos ido al psicoanalista", confesó Ana María Giesso, VP de la firma de indumentaria que lleva su apellido y que comenzó en 1884 como una fábrica de sombreros a la que acudían Domingo Faustino Sarmiento, Julio Argentino Roca y Bartolomé Mitre. Aunque el auditorio del Malba estalló en carcajadas, lo cierto es que, junto a su hijo, Mariano Rodríguez Giesso, presidente de la empresa, hicieron varias sesiones a las que él mismo consideró "terapia de pareja". "Cada tanto hacemos unas consultas. La terapia suma y ayuda a que cada uno diga todo lo que quiere decir", agregó la creadora de la línea femenina de la firma y cuarta generación de la familia. Mariano pertenece a la quinta generación y hoy trabaja junto a su madre, aunque confesó que el secreto del éxito está en no cruzarse tanto en el día a día. "Trabajamos en oficinas separadas, en lugares separados, nos ocupamos de cosas totalmente distintas, y eso ayuda", contó.La llegada de los hijos a la empresa suele marcar un antes y un después, y un desafío para los propios dueños. Por eso, los Giesso recomiendan elegir bien a qué miembros de la familia se va a involucrar dentro del negocio, para que no se vea perjudicado. "El que queda afuera, mi otro hijo, hoy es un escribano importante, pero de golpe dice ‘a mí no me dejaron entrar en Giesso’", relató ella. Rodríguez Giesso agregó que en el momento en el que su hermano planteó la inquietud de trabajar dentro de la firma familiar, la mejor decisión fue decirle que no: "Fue muy sano para él, no me parecía que tuviera que trabajar con mi hermano, sentía que tenía otro camino", explicó.De bajo perfil, la familia Gagliardi es dueña de la Papelera San Andrés de Giles, una pyme industrial que compite con gigantes como Kimberly-Clark y Papelera Del Plata. Allí, Máximo Gagliardi, ingeniero químico y presidente de la firma, convive con Carolina, su hija y encargada de administración y finanzas. Ella posee una trayectoria corporativa previa a su llegada a la empresa familiar: es contadora pública y pasó por las oficinas de Coca-Cola y Falabella. A la hora de hablar de cómo es trabajar con su padre, coincidió con Giesso en que la distancia ayuda, ya que ella trabaja en el barrio de Núñez, mientras que su padre está en la sede de San Andrés de Giles. "Es difícil trabajar con tu padre como jefe, pero, al mismo tiempo, él te va llevando y de a poco vas aprendiendo a trabajar en familia", confesó."Todo depende de cómo está estructurada la compañía, más...

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