El Tabarís pasará a ser Multiteatro Esmeralda, con cuatros salas para unos 1500 espectadores

En el teatro Tabarís se presenta el espectáculo Como el culo. El título se presta para infinidad de interpretaciones que exceden esta nota. Más allá de ellas, en su segunda temporada, la comedia anda muy bien de público. Claro que dentro de unos dos meses, aunque quizá ni lo sepa el elenco, se mudará de sala porque el Tabarís, como tal, tiene los días contados.

Es que el dueño del teatro de Corrientes al 800, Carlos Rottemberg, decidió cerrarlo, tirarlo casi abajo (se preservarán la fachada y el escenario actual) y reconvertirlo una vez más: a mediados de agosto, dato siempre impreciso para una obra de este tipo, pasará a ser Multiteatro Esmeralda, después de haber sido un cabaret, un cine bajo el nombre Royal, la cuna del teatro de picaresca, la sede forzada de Teatro Abierto, un templo evangélico, y de haber coqueteado con transformarse en librería para salvar los números.

Así como hace 20 años Rottemberg convirtió la sala Blanca Podestá en el Multiteatro, junto con el mismo equipo de arquitectos hará lo propio con el Tabarís, que pasará de tener una sala a cuatro y de contar con una capacidad para 500 espectadores pasará a unos 1500 y una gran marquesina de 169 metros cuadrados. Semejante apuesta tiene un costo de inversión de 1.200.000 dólares.

Esto sucede mientras, a pocas cuadras, en donde estuvo el mítico teatro Odeón se está levantando una torre que, según consignan sus planos arquitectónicos, tendrá dos salas teatrales; y, pasando el Obelisco en dirección a Callao, en donde estaba el Politeama -otra de esas históricas salas de enorme valor patrimonial tirada abajo-, Juan José Campanella apuesta a crear otra sala, para unos 700 espectadores. Todo este movimiento de salas comerciales, al que habría que sumar la reapertura del Teatro San Martín, coincide con un plan del gobierno porteño para volver a renovarle la cara a la avenida Corrientes,peatonalizando el trayecto entre Callao y Florida en ciertas franjas horarias, al mejor estilo Broadway (o su imaginario).

De las otras dos salas como del plan del gobierno porteño todavía no hay anuncios concretos; del Tabarís, sí. Lo cuenta Rottemberg, el señor de los teatros, en un bar, después de haberme mandado varios correos electrónicos imaginándose preguntas (así es él) sobre el tema.

En el primero, traza su propia línea histórica. Dice: "Hace 20 años el Multiteatro era una idea que comenzó a rondarme y pude concretar en 2001, en el edificio que originalmente se llamó teatro Smart y luego...

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