Todo en suspenso: la moneda está en el aire

El cambio fue pequeño, pero muy sugerente. El jueves, Mercedes Marcó del Pont confinó a la gerenta de dictámenes jurídicos del Banco Central, María del Carmen Urquiza, a una brumosa dirección de biblioteca. La abogada había objetado varias de las medidas que adoptó la entidad monetaria para bloquear la corrida hacia el dólar. La señal es inequívoca. El Gobierno se prepara a cruzar varias barreras.Hacía tiempo que Urquiza molestaba al kirchnerismo. En la polémica por la utilización de reservas para pagar a los acreedores, recomendó a Martín Redrado ignorar el decreto de la Casa Rosada. Aunque tal vez el mayor enojo lo causó con sus reparos a la Comunicación "A" 5184, del 17 de febrero pasado, que le valió a Marcó del Pont una causa penal iniciada por el abogado Ricardo Monner Sans. El fiscal Carlos Stornelli quiere saber si la presidenta del Central emitió esa resolución con efecto retroactivo para salvar las irregularidades que ella misma habría cometido cuando presidía el Banco Nación. Parece una ironía: los reproches tienen que ver con infracciones a la ley cambiaria, cuyo cumplimiento hoy tanto la desvela.Además de los fastidiosos veredictos de Urquiza, aparecieron otras piedras en el camino de Marcó del Pont. El mismo jueves, Carlos Pérez ?director sobreviviente de la gestión Redrado? arguyó delante de sus colegas que la represión a la compra-venta de dólares estaba destinada a fracasar.Amado Boudou expuso los mismos reparos delante de varios banqueros amigos. Pero su secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, que lo representaba en la misma reunión de directorio, no abrió la boca. Es lógico. Lorenzino quiere ser ministro. No sería bueno que se muestre quisquilloso.La verdad es que Marcó del Pont se está imponiendo sobre Boudou en la batalla por el oído de la Presidenta. La tesis que elaboró con el auxilio de Arturo O?Connell, ex director del Central, y de Matías Kulfas, director del Banco Nación, ha triunfado. Reza así: como el tipo de cambio multilateral está equilibrado, la crisis cambiaria no tiene motivaciones genuinas. Por lo tanto, no sería más que una turbulencia pasajera, que se resolverá con sólo atemorizar a los compradores de dólares.El dólar no se enteró de esta teoría. Pero muchísima gente se enteró de que hay problemas con el dólar. Mientras el oficial cotizaba el viernes a $ 4,25, el del mercado blue -eufemismo con que los financistas evitan hablar del desagradable mercado negro- lo hacía a $ 4,45. Las operaciones de contado con...

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