Susana Rinaldi y un homenaje a Cortázar

Susana Rinaldi recuerda vivamente esa tarde lluviosa en París que la volvió a reunir con Julio Cortázar. Fue este año, en la Casa Argentina de la Ciudad Universitaria de París, que la convocó especialmente para que participe en un homenaje al famoso escritor argentino y terminó impulsando un espectáculo dedicado a rememorar la relación entre la Tana y el autor de Rayuela , forjada en la capital francesa a fines de los 70.Cortázar era sobre todo un amante del jazz así lo certifican su cuento "El perseguidor" y las referencias a Bix Beiderbecke, Louis Armstrong y Fats Waller que los amigos de El Club de la Serpiente escuchan en Rayuela , pero, dice la propia Rinaldi, fue su inalterable curiosidad lo que lo llevó a relacionarse con el tango.La Tana atesora, además, un recuerdo imborrable, el de aquella noche de fines de 1976 en el teatro D'Orsay con Cortázar sentado en primera fila escuchádola cantar. "Ese hecho marcó mi vida de muchacha de barrio y militante a los tumbos en un terreno que se presentó sembrado de oportunidades a través de aquellos que quisieron acompañar con su impronta de sabios conquistadores mi destino de cantante convencida en favor del tango y su misterio", escribió Rinaldi en un texto de homenaje publicado hace unas semanas por la revista electrónica Ensemble.Para reafirmar la memoria, el afecto y la admiración por Cortázar, Rinaldi armó un espectáculo que tendrá cuatro únicas funciones en Clásica y Moderna, hoy, mañana, pasado mañana y el próximo viernes, a las 21. Cantará clásicos de su repertorio y tangos que interpretaba en la época de su tour parisiense, todo condimentado con un puñado de anécdotas que vivió con ese hombre al que hoy ella describe como "amable pero distante". La acompañará al piano su sobrino, el pianista Juan Esteban Cuacci, que ha trabajado con Raúl Lavié, Rubén Juárez, Sandra Luna, Juan Carlos Copes y María Nieves.¿Es verdad que a Cortázar no le gustaba tanto el tango?Sí, es verdad. Se quedaba con las figuras primordiales: Carlos Gardel, Agustín Bardi, Horacio Salgán, Enrique Cadícamo… Era fundamentalmente un amante del jazz. Por eso me llamó mucho la atención cuando apareció en mi vida. El primer encuentro fue en la casa de Pepe Fernández, un escritor, pianista y fotógrafo argentino que vivía en París desde los 60 y era amigo de Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y María Elena Walsh. Eso fue en el 76, pero yo supe que Cortázar ya me había querido conocer tres años antes. Pepe era amigo de muchos artistas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR