Al sur, al mar, al frío

Ahora que la Argentina se despidió definitivamente de la dupla que encarnó el regreso de la democracia -ni aquel presidente ni aquel vice están ya en este mundo-, un recuerdo vuelve con fuerza: "Al sur, al mar, al frío". Es la frase emblema de uno de esos proyectos que chocaron contra el no poder y el no saber, dos de los tres obstáculos citados por el mortecino Raúl Alfonsín de la salida anticipada del poder. Cuando se observan los problemas que la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC) les generan a aquellos que se acercan al Centro, la pregunta surge con facilidad: ¿tiene sentido trastornar a tanta gente, precisamente a aquellos que con sus impuestos sostienen las calles de la ciudad, su transporte, su comercio, su día a día? La pregunta es, como tantas veces, una...

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