Un Supermassa para enfrentar las tempestades

Estoy feliz: hoy tengo 50 noticias buenas, incluso buenísimas, y apenas una mala.

Por fin, la economía argentina tuvo la fiesta que tanto se merecía. Tres ministros en un mes ya era algo digno de ser celebrado . Costó, fueron más de dos años y medio, pero el Gobierno terminó encontrando un señor ministro, un conductor, un estratega. Frustrado el Batakazo, van por el Massazo. Cómo no tirar el Museo del Bicentenario por la ventana. Hasta el número de invitados, 500, me pareció un poco amarrete. Se pusieron demasiado selectivos: solo los sponsors de Massita -tipos que desde hace años vienen acompañando su marcha triunfal por la gran avenida del centro- ocuparon 200 sillas; Malena convocó a los que trabajaron para lookearla, unos 60; la barrita pendex del Frente Renovador, que animó el juramento con himnos revolucionarios, eran 10 o 12, pero no dejaron a nadie afuera: son 10 o 12. Hubo presencias destacadísimas: Moria; Flowers Batakis, a la que el Gordo Valdés intentaba sostener en pie; Pablo y Hugo Moyano; la dicharachera Cerruti, y Scioli, llevando con total dignidad su vocación por el martirio. Visitó fugazmente el estrado Alberto Fernández, tratando de sobrellevar, con dignidad o sin ella, el eclipse último de su mandato . No se lo vio a Alejandro Keck, primer padrino político de Sergio y, acaso, quien mejor lo definió: es un hombre, dijo a la nacion, "escurridizo en sus lealtades". Tampoco estuvo Cristina. Menos mal: se mataba antes de consentir el lanzamiento de la candidatura presidencial de Massita.

Otras buenas noticias. No estamos ante un superministro por haber acaparado varias áreas, sino por sus atributos personales. Hay que hablar de audacia, osadía, arrojo: se animó a asumir sin ser economista, sin poder completar el equipo y sin tener un programa. What a player! Ya puse una estatuilla de él en la mesita de luz. Para formar el equipo y esbozar un plan se dio una semana, que resultó corta. El tiempo vuela. ¿Amilanarse por los rechazos que cosechó? ¿Angustiarse por no tener ningún anuncio importante en la conferencia de prensa con la que se estrenó en el cargo? Todo lo contrario. Frente a los medios mostró sus manos vacías y apenas un puñado de buenas intenciones, pero como diciéndonos: acá estoy yo, Sergio Tomás, el tigre de los llanos, duerman tranquilos. Duerman tranquilos y apaguen la luz que estoy negociando con Cristina un tarifazo que a algunos les hará pagar hasta cinco veces más de lo que están pagando ahora. Descansen...

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