Suicidio: caso práctico

AutorCamilo Ramírez Garza
Ramírez Garza, Suicidio: caso práctico
1
Suicidio: caso práctico*
Por Camilo Ramírez Garza
Quien se suicida, deja una herencia que plantea para quienes le sobreviven, un
enigma; los restos de su acto nos interpelan. El reto: advertir algo del porqué a tra-
vés del cómo.
A menudo las respuestas de los especialistas ante un suicidio consisten en
descripciones que a priori se explican por referencia al suicidio como un fenómeno,
efecto de trastornos psicológicos y psiquiátricos típicos. Lo mismo se habla de es-
quizofrenia que de bipolaridad, trastorno maniaco-depresivo o adicciones, estrés,
factores genéticos del suicidio, etcétera. Es curioso que sólo en el contexto de la
homosexualidad se hable de “crimen pasional”. De la descripción del suicidio como
un fenómeno típico se pasa a la estadística: los índices y porcentajes mediante los
cuales se cuantifican los suicidios como fenómenos epidemiológicos.
¿Qué implica considerar esos suicidios singulares como fenómenos dentro de
un mismo costal causal? El hacer esto implica reducirlos a la generalidad. Perderse
en el ancho mar de los números y ponderaciones. Si acaso con ello, restarle además
mucha pasión y amor a su muerte sobre la base de una visión “científica” se opera-
cionalizan, aislando variables, constantes en cada caso, para así abordar cada caso
desde el inexistente y abstracto caso universal a partir del cual se explicarían todos;
es la lógica del todos para uno.
Entonces se pasa a las teorías que abordan el “fenómeno del suicidio” com-
puestas de un poco de todo, un verdadero Frankenstein psicológico y psiquiátrico:
rasgos, señales de alarma, bajo la pregunta ¿será acaso usted un suicida en poten-
cia?, etc., variables todas ellas que si bien se presentaron en algunos de los casos,
igualmente pueden estar presentes en todos o en ninguno. Los rasgos vistos a deta-
lle son sólo eso, rasgos presentes en sujetos pero que no alcanzan a mostrar nada
del orden del caso singular. Un sujeto posee rasgos, pero un rasgo o conjunto de los
mismos no explican ni definen al sujeto. No existe cosa tal como sujeto suicida o po-
tencial suicida, esa es una invención a posteriori, demasiado tramposa. Donde re-
trospectivamente, una vez que ha acontecido “algo” (suicidio, homicidio, robo, etc.)
cualquier cosa es indicio de eso, soporte explicativo de un tan ansiado origen.
Se dice que el suicida es solitario, pero igualmente los acompañados se suici-
dan. Se dice que el suicida posee historial de deserción escolar, pero igualmente los
que continúan fielmente con sus estudios hasta el doctorado y pos-doctorado se sui-
cidan (hace algunos años un joven en una universidad norteamericana al terminar la
disertación de su examen doctoral tomó una pistola y se disparó enfrente de los si-
nodales. La respuesta fue entonces el estrés). Se dice que provienen de hogares
donde sus padres se divorciaron, pero igualmente el suicidio se presenta en familias
* Extraído del artículo publicado en la revista electrónica “Archivos de Criminología, Criminalís-
tica y Seguridad Privada”, vol. I, agosto - diciembre, México, 2008, editada por la Sociedad Mexicana
de Criminología Capítulo Nuevo León A.C. (www.somecrimnl.es.tl). Bibliografía recomendada.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR