Que suene otro chamamé

La sociedad entre los hermanos Núñez -Juan, bandoneonista, y Marcos, guitarrista- con el percusionista Chacho Ruiz Guiñazú sigue generando música. O quizás haya que decir que la música le sigue pidiendo cosas a este trío que, tras un disco debut, publicado hace unos cuatro años, llega nuevamente a las bateas con su segundo álbum.Con el título del CD estos tres músicos no fueron originales: Chamamé , lo llamaron. Con la música que grabaron tampoco si por esto se entiende algo innovador. Claro que en la definición de "original" no se encontrará esta idea en sus primeras acepciones. Ante todo, el diccionario dirá que el término tiene que ver con lo relativo al origen. Entonces sí se puede afirmar que la música del trío tiene que ver con el origen del chamamé y, también, con cierta parte de su evolución.Con esta nueva producción la fórmula Núñez-Ruiz Guinazú pone en práctica ese ejercicio de quedar a disposición de la música, en este caso, del chamamé y de algunos de sus géneros vecinos. Hay dos elementos fundamentales que no pasan inadvertidos en Chamamé . El primero es la cualidad de musiqueros que tienen los hermanos misioneros y el percusionista mendocino-cordobés. Es decir, esa aptitud para hacer música con la gracia y la "rusticidad" (o la suciedad) de quien toca para animar una bailanta chamamecera en una tarde de calor o una noche en la que el clima se apiada con alguna brisa fresca.La otra cualidad es la reflexión y el tránsito que resultan de ese paso por varios paisajes musicales. De este segundo elemento se puede decir que es heredado de Chango Spasiuk o, al menos, una consecuencia del trabajo que han realizado con Chango. Chacho tocó con el acordeonista de Apóstoles durante casi doce años y los Núñez realizaron giras durante casi cuatro años como invitados del octeto que lideraba Chango.Las coincidencias están, probablemente, en lo...