Una sucesión que no modificaría el rumbo de la política exterior

El cambio, en este caso, será para ratificar el camino que tomó la Argentina para su agenda con el mundo. "Continuidad y confianza" fueron las palabras que eligieron cerca del presidente para describir la elección del sucesor de , el embajador de carrera , que se suma a un equipo consolidado bajo el liderazgo del jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Aunque con otra impronta, desde la Casa Rosada anticiparon que con Faurie, embajador argentino en Francia y cuarto diplomático de carrera que tendrá a su cargo el Palacio San Martín en la historia, no habrá modificaciones de fondo. Es que el trabajo de Malcorra, que quedará como asesora con rango de ministro, sólo cosechó elogios en el círculo más cercano a Macri.

El vuelco que lideró la canciller, según relataron fuentes oficiales, fue "absoluto". Con su llegada al Ministerio de Relaciones Exteriores la Argentina abandonó su lugar junto a un grupo de países que tenía como protagonista a Venezuela y puso el foco el recuperar las maltratadas relaciones con Estados Unidos y Europa sin descuidar el vínculo con los países de la región y el otro poderoso del planeta, China.

Abrir la Argentina al mundo y lograr una inserción "inteligente" fueron los principales objetivos de la estrategia diplomática que desplegó la canciller en los 17 meses que duró su paso por el gabinete nacional.

La primera parte del enunciado la cumplió: Macri hizo las veces de anfitrión y fue recibido por los principales mandatarios del mundo. Entre ellos el entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama y el actual, Donald Trump; se reunió en tres oportunidades con el presidente chino, Xi Jinping, y por primera vez en 57 años un primer ministro japonés visitó oficialmente nuestro país, por mencionar sólo algunos.

"Susana abre las puertas en cualquier país del mundo; es una persona de prestigio internacional, es una gran pérdida", reconoció a LA NACION uno de los colaboradores del jefe del Estado.

Malcorra se obsesionó por tender puentes para el Presidente. Fue, por sobre todo, una diplomacia presidencial. Durante la última gira por Emiratos Árabes Unidos, China y Japón, Malcorra explicó que el Presidente estaba "completando la segunda vuelta", es decir, un segundo encuentro con los principales líderes del mundo. Fundamental para construir confianza en el mundo, algo que la Argentina había perdido.

"Nunca des por sentado el valor que tienen las relaciones personales para un presidente", describió Malcorra ante LA NACION en Tokio...

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