El subte y las dormilonas

Lunes, cerca de las 9. La boletería de la estación del subte Congreso de Tucumán, de la línea D, experimenta el vertiginoso ritmo del primer día hábil de la semana. Es la mañana en la que los despertadores nunca funcionan y el tiempo perdido se recupera corriendo como un "desquiciado". Así, unos y otros coincidirán en una boletería no apta para ansiosos.Ocurre que en una de estas ventanillas suelen estar las "dormilonas", según las bautizaron los pasajeros. Se trata de tres empleadas que han encontrado una buena manera de liberarse del estrés de la hora pico: entre mate y mate, repasan las vicisitudes del fin de semana casi olvidando la fila. Y a los pasajeros. "¡Querida, me podés atender que estoy apurada!", insistió una usuaria, cansada de escuchar tanta conversación privada. Y encontró como respuesta: "Si está apurada, señora, salga más temprano". Tal vez sea cierto: uno vive acelerado. Pero el mate y la charla en empleados que atienden al público deberían guardarse para los recreos.Y un día le pusieron Villa CrespoLuego de que el gobierno porteño colocara en varias calles de Villa Crespo un cartel...

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