Subte: hay cada menos trenes en la línea B por la presencia de abesto

La primera advertencia llegó en mayo de 2018, desde Madrid, con la muerte de Antonio Morán Canseco, un mecánico de los talleres de la red del metro que limpiaba los disruptores, o apagachispas en la jerga del , una de las piezas de los trenes que contenían amianto, como se supo tiempo después. En octubre de ese mismo año, una nueva víctima: Julián Martín Rebate, el primer trabajador de la compañía española en ser diagnosticado con asbestosis, un cáncer pulmonar causado por la inhalación de polvo de asbesto, presente en las fibras del amianto. Y en abril pasado el fallecimiento de un jubilado del metro por la misma causa terminó de encender la alarma. Todos ellos habían trabajado en los coches CAF 5000, los mismos que fueron comprados por el gobierno porteño en 2011 y que hasta hace poco tiempo circulaban en la línea B.Estos antecedentes llenaron de temor a los trabajadores del subte porteño, sobre todo en la traza que une las estaciones Leandro N. Alem y Juan Manuel de Rosas, más aún cuando en diciembre pasado la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) reconoció la presencia de piezas con amianto en las formaciones españolas.Por eso, 160 trabajadores de la línea B, principalmente mecánicos de los talleres Rancagua y Villa Urquiza, se sometieron a estudios para descartar si habían sido afectados por el temible material. Los resultados se esperan para los próximos días.El asbesto es un material poco perceptible, en forma de partículas en el aire. Si se respira a diario puede afectar el aparato respiratorio, llegando a tapar los pulmones, y hasta puede provocar cáncer.La situación planteada por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y del Premetro (Agtsyp) podría ser más grave porque, según análisis realizados en la Universidad Nacional del Sur en (UNS) Bahía Blanca, el material sigue apareciendo en piezas de otras flotas, como los coches Mitsubishi, de más de 60 años de antigüedad (antes rojos, hoy amarillos y negros, con asiento de pana).Si la Comisión de Asbesto, creada en diciembre pasado, confirma los resultados obtenidos por la UNS, otros 280 trabajadores, en su mayoría maquinistas y guardas, exigirán estudios médicos para tener garantías sobre su estado de salud.Esta psicosis, que mantiene a los trabajadores en estado de alerta y asamblea permanente (el viernes el debate comenzó a las 9 y terminó pasadas las 22), podría traer una consecuencia directa en el servicio. Los trenes que se rompen ya no se arreglan por el...

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