Subastas pesificadas al blue light

Como dice un habitué del circuito de subastas, en días de cepo cambiario gana la demanda sobre la oferta, y la razón, cuando se habla de mercado de arte, es simple. Los propietarios de buenos cuadros prefieren esperar que el horizonte aclare y vuelvan a circular los dólares, mientras que los compradores se ven beneficiados por la pesificación que coloca a tiro obras de categoría. Aunque los operadores sigan pensando en dólares, algo inevitable en nuestro país, se compra y se vende en pesos tal como sucedió en arteBA. Las cotizaciones se acomodan a un dólar blue light, a mitad de camino entre el oficial y el paralelo. Esta pesificación obligada, que constituye una modalidad ajustada a estilos personales en el ruedo de galerías, está oficializada en los remates. Las estimaciones se publican en pesos y son tentadoras, tal como sucedió en las subastas de Naón, Bass, Saráchaga y Banco Ciudad, y sucederá mañana en la venta de Arroyo Remates prevista para las 19. Hay algunas perlitas, como las placas de acrílico de Rogelio Polesello estimadas en 120.000 pesos. Lo que suceda en la sala correrá por cuenta de los compradores a la hora del tercer golpe de martillo. Tal como sucedió en las ventas latinas de Nueva York, y especialmente desde que Patricia Cisneros y los museos fijaron su atención en concretos, Madi, geométricos y cinéticos, crece la oferta de obras abstractas y la valorización de artistas como Manuel Álvarez. Arroyo ofrecerá una pintura...

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