Stenson: un sueño de chico hecho realidad y con marcas asombrosas

TROON, Escocia.- La silla principal de la mesa de la sala de prensa de Royal Troon estaba todavía tibia cuando la ocupó Henrik Stenson. El hombre sentado allí hasta 14 minutos antes, Phil Mickelson, se había desgajado frente a 80 periodistas contando su desilusión porque había jugado la semana más increíble de su vida y había perdido The Open, el abierto de Gran Bretaña, el certamen de golf más importante del mundo, sin olvidarse de decir que de todas maneras "estaba feliz por Henrik", algo que puede ser sincero, pero cuya sola mención obedece a una mente aún dominada por las emociones.

El sueco, de 40 años, también había jugado el torneo de su vida, pero no es de extrañar que así haya sido para un jugador con cuatro victorias en el PGA, diez en el European Tour y algunas más en circuitos menos notables, y ningún Major. En cambio, que lo diga Mickelson, que le lleva seis años de edad y toneladas de carisma, suena más dramático, en especial si se aprecia que tiene cinco Majors en su curriculum y que seis veces se le escapó el único torneo grande que le falta: el US Open. Pero el efecto de tres rondas al frente de semejante campeonato, que no se coronaron, debe ser un tormento.

"Estoy muy orgulloso por la forma en que jugué", arranca Stenson. "Fue un gran match con Phil, uno de los mejores en los últimos 20 años. Parecía una carrera de dos caballos que se definiría en el disco. Sabía que él no iba a ceder y, de algún modo, eso me hacía más fáciles las cosas". No son pocos los que piensan que el juego del golf tiene un 75% de mental. Stenson dio la impresión de llevar ese porcentaje al 90%; el resto fue su habilidad y el aprovechamiento de las circunstancias. "Sabía que tenía que seguir presionando, dándome oportunidades de birdies, porque él no me las daría. Y me encanta saber que pude manejarlo en la recta final." Otra vez la metáfora turfística.

Sonó esto a que el sueco, después de tres segundos puestos y seis terceros en Majors, no quería dejar pasar otro tren. "Sentí que era mi turno", reconoció. Nada más lejos que un hombre de hielo, como alguna vez se bautizó a otro nacido en Suecia, el gran Bjorn Borg. "Hubo momentos del juego en que me veía subiendo la escalera del club house", dice el golfista. ¿Eso es frialdad?

En 2013, cuando Mickelson ganó el British Open, en Muirfield, su escolta fue Stenson, que luego quedó tercero en el PGA Championship. "A pesar de que Phil es un campeón de Majors muy popular y un jugador que entra en la...

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