El sospechoso disparó antes de ser detenido

A las 22.45 de anteanoche los policías bonaerenses de la comisaría Las Catonas escucharon el dato: "Mi hermano está en la casa y tiene un revólver". Tenían la información sobre uno de los hombres más buscados en la Argentina: Sebastián Wagner, el por entonces acusado por la desaparición de la joven Micaela García en la entrerriana localidad de Gualeguay. En esa zona del partido de Moreno ya habían intentado dar con el condenado por dos violaciones. Allí vive parte de su familia y los investigadores seguían de cerca al prófugo. Pero su madre y su hermano menor aparecieron en la seccional momentos después de que Wagner regresase a la vivienda. Cinco minutos después, varios patrulleros fueron tras él.

Llegaron a una casilla de madera en la calle La Tablada al 7700, en el barrio San Carlos. Los agentes dieron la voz de alto. Y escucharon que un arma se accionaba varias veces, sin escucharse estampidos. Luego se comprobaría que tres proyectiles tenían marcas de percusión. No se supo si el sospechoso intentó disparar contra los policías o buscó suicidarse. Aunque la actitud inmediatamente posterior puede señalar que pretendió defender su escondite. Es que al no funcionar su arma, Wagner gritó: "Está bien, me entrego".

Cuando la madre, identificada en el parte policial como Gabriela, de 44 años, y Axel, el hermano de 19 años del acusado, se presentaron en la comisaría Moreno VIII, en Las Catonas, habían pasado pocas horas desde que en un descampado de Gualeguay fuese encontrada la ropa de...

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