La sorda disputa con Electroingeniería por las represas

estaba seguro de que construiría las represas y Jorge Cepernic a cambio de un cheque superior a los $ 22.0000 millones. Para eso había sellado una alianza con una de , Sinohydro. Y por eso se había anulado la primera preadjudicación de ese megacontrato al consorcio liderado por Enrique Pescarmona.

Algo, sin embargo, ocurrió camino al cielo. Jorge Fariña irrumpió como tormenta en las pantallas de televisión, a principio de 2012, y el Gobierno optó por no alimentar el escándalo. Por eso el negocio quedó para Electroingeniería, una empresa a la que Báez detesta.

Ahora, sin embargo, el ex empleado del Banco de Santa Cruz devenido en el mayor beneficiario de la obra pública en la Patagonia confía en que sí será suyo el contrato por la represa de Chihuido, en la provincia de Neuquén, por US$ 1500 millones. De paso podrá desquitarse de su derrota ante Electroingeniería.

En el caso de las represas Kirchner y Cepernic, la primera convocatoria la lanzó el gobierno santacruceño a fines de 2007 con los nombres La Barrancosa y Cóndor Cliff. Se preadjudicó en agosto de 2010 al consorcio Impsa (Pescarmona)-Corporación América (Grupo Eurnekian)-Camargo Correa, que ofertó $ 16.400 millones y otros $ 2000 millones de financiamiento privado.

Sin embargo, la preadjudicación se canceló en agosto de 2012 y se lanzó una nueva licitación, por las rebautizadas represas Kirchner y Cepernic. Con una inversión máxima de $ 21.600 millones y financiamiento como mínimo del 51% del total. La operación ya estaba en manos del Ministerio de Planificación Federal. Y Báez apareció como el nuevo y más barato oferente: $ 20.479 millones, seguido por Eurnekian, tercero Electroingeniería. Sin embargo, Electroingeniería...

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