Solución para el campo: una YPF sojera

Al momento de anunciar la metropolitanos, la Presidenta dijo que la solución de muchas actividades empresariales es que las administre el Estado. Eso es lo que, según ella, ha hecho que YPF revirtiera su hasta hace muy poco indecorosa situación.

Y asigna a la estatización la consecución del "milagro".

Lo que no dice es que a la petrolera nacional se le concedieron políticas que a otros sectores, como la producción agrícola, se le niegan. Por ejemplo, aumento de precios internos mientras los internacionales y los costos de los insumos bajan. ¡Y hasta reducción de las retenciones!

YPF no es una empresa estatal. El Estado es socio mayoritario, pero , y está auditada por la Comisión Nacional de Valores de los Estados Unidos (SEC son las siglas en inglés). No se puede macanear tanto con los números como se hace habitualmente con Aerolíneas Argentinas.

YPF, en todo caso, muestra la mejora posible en una compañía con auditorías menos opacas, administración profesional y políticas alineadas.

Justo cuando podría destacar -por una vez, con razón- el discurso de la "articulación público/privada", la Presidenta decide quedarse con todo el mérito.

Todo, dicen, porque el CEO de YPF, Miguel Galuccio, se apresuró a anunciar en enero pasado el acuerdo con la china Sinopec (la cuarta petrolera del país y una de las mayores a nivel mundial) y le quitó la primicia a Cristina.

El Estado revirtió sus políticas para el sector y favoreció, entre otras, a la mayor de las compañías, a la que antes había contribuido a llevar a la ruina.

El precio de los productos de YPF sube, mientras el de su mayor insumo baja. El Gobierno firmó convenios ampliamente favorables a quienes se asocien, mientras a otros sectores no les permite girar ganancias a inversores externos y valúa al tipo de cambio oficial los dólares que quieran ingresar en el país.

Nuevos incentivos

Les impone precios cuidados en el mercado interno y les niega los dólares que necesitan para traer insumos o equipos importados. Hubo un nuevo y silencioso incentivo.

Discretamente, el 26 de febrero se publicó en el Boletín Oficial la resolución 60/2015 del ministro de Economía, Axel Kicillof, que reduce nada menos que de 45 a uno por ciento las retenciones a las exportaciones de gas natural, según una fórmula de cálculo que incluye los precios internacionales. Ya se había hecho lo mismo con la exportación de petróleo y sus derivados.

La pregunta que muchos se hacen es ¿cómo le iría al agro con una baja similar?

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