La misión solidaria del comedor Los Piletones cumplió 18 años

Una sopa con mucho caldo y pocos fideos, junto a varias porciones de pastel de papa, fue el primer almuerzo que se cocinó en el comedor Los Piletones para 15 niños y un abuelo. El mismo menú, pero con un relleno que incluía queso, huevo y aceitunas, tuvieron ayer más de 2300 personas en el cumpleaños número 18 de ese rincón solidario de Villa Soldati, donde y otras 30 mujeres para que a nadie le falte un plato de alimento."La comida de aquel entonces estaba pobrecita, pero la de hoy [por ayer] tenía hasta queso, y los chicos estaban contentos", contó Margarita a LA NACION. "En aquel momento, cocinábamos con horno de barro, a fuego y leña, porque tener una garrafa era un lujo", recordó.Como parte de los festejos de ayer, las cocineras prepararon una torta de 35 kilos que durante todo el día se repartió entre las personas que asisten al comedor.De lunes a viernes, en la larga mesa que se prepara en Plumerillo 3995, se sientan 1100 niños y 80 adultos mayores a desayunar, almorzar y cenar. Además, unas 150 familias reciben a diario las viandas para las tres comidas."Es muy difícil mantener un comedor tan grande. Y es triste cuando nos quedamos sin comida para las familias. A veces no alcanza para todos", se lamentó la mujer. "Le doy gracias a Dios por todas las personas que nos ayudan. Todas las empresas y las instituciones", agregó.En el comedor, además, funcionan una guardería a la que concurren 100 chicos de entre seis meses y cuatro años, y un centro de día para 75 abuelos, a quienes también se les ofrece las tres comidas.Los Piletones dejó de ser sólo un comedor para convertirse en un centro integral de asistencia al vecino en situación de vulnerabilidad.En sus 18 años, las más de 30 personas que trabajan allí ad honórem crearon talleres de costura, carpintería y herrería dirigidos a los adolescentes que no...