La Sole, de vuelta al pago

Se oyen pájaros, el viento que mece las hojas, los graznidos de unos patos y chicos de fondo. Es el sonido ambiente de una vida en el campo. Soledad está en Arequito, su lugar en el mundo. Allí va al jardín su hija Antonia, y con esa atmósfera se cría Regina, la más pequeña del clan Pastorutti. El pueblo es un remanso en la agitada vida que lleva Soledad el resto del año. "En esta época estoy casi todo el tiempo acá y salgo de gira desde el pueblo. En Buenos Aires no tengo vida, ni siquiera tengo tiempo de comer al mediodía", desliza.Cuando Soledad no está en la ruta, subida a un micro o a un avión, prefiere volver al origen de todo, donde celebra un ritual particular. "Cada dos años me gusta hacer un concierto en mi pueblo. La primera vez surgió de manera espontánea. La gente llegaba para saludarme en mi cumpleaños, que era cuando actuaba en la Fiesta Nacional de la Soja (un festival que la vio nacer cuando no era una figura pública), que se hace en octubre en la misma semana que cumplo los años. Pero como a los fans siempre les gusta venir a Arequito, aprovechando que estamos acá ensayando desde principios del año para hacer shows diferentes, queríamos hacer un concierto que fuera como la previa del show de Cosquín", cuenta Soledad, por teléfono, en una pausa de su intensa gira de festivales de verano.El concierto, que tiene revolucionado al pueblo porque llega gente desde distintos puntos del país, se realizará esta noche en el club 9 de Julio de Arequito y será el preestreno de su nuevo espectáculo, antes de tocar pasado mañana en Cosquín."Será un concierto especial, en un lugar chico de Arequito, como un premio para toda la gente que se esfuerza y siempre está de gira con nosotros. Está armado con canciones nuevas y otras inéditas pensadas...