Soja: competitiva, pero con una imagen crítica

LONDRINA, Brasil.- La excusa era la visita a la nueva sede de GDM Seeds (Grupo Don Mario) por cerca de treinta de los principales actores de la cadena de la soja de Brasil, Argentina y Uruguay. Pero tener reunidos durante casi dos días a exportadores de la envergadura de Louis Dreyfus o Glencore, a grandes productores argentinos como Cresud o Adecoagro o el brasileño Grupo Maggi, por sólo mencionar a algunos de los que representaban las dos puntas de la cadena, era demasiada tentación como para no sentarlos a intercambiar opiniones sobre el futuro del complejo sojero sudamericano.Así, en las afueras de esta ciudad del estado de Paraná, que ya alcanzó el millón de habitantes por el crecimiento exponencial de los últimos quince años, en una amplia sala con ventanales que daban a un lote de ensayos de variedades de soja Brasmax, se produjo un ida y vuelta sin academicismos teóricos. Un ejercicio en el que se fueron descubriendo las fortalezas competitivas que tiene la región pero también las amenazas y debilidades que se deben enfrentar y corregir en el mediano plazo.Si había tela para confiarse con la afirmación que traían los exportadores y comercializadores que la soja se convirtió en uno de los cultivos más importantes de la humanidad, se siembran casi 100 millones de hectáreas, y que existe una demanda mundial de alimentos que lejos está de amesetarse sino que, por el contrario es creciente, no dejaba de preocupar la percepción critica que tiene la ciudadanía sobre el cultivo. Este claroscuro estuvo presente durante todas las jornadas y representa la gran paradoja que se vive por estos días. La soja no se salva de las campañas de demonización, que también incluyen a la biotecnología, a pesar del indiscutible rol protagónico que tiene el cultivo en la generación de las proteínas. La cuestión se evaluó en la reunión y no es menor porque pone en un serio interrogante el apoyo político que necesita, como cualquier otra actividad productiva, la cadena de la soja. La lógica política indica que difícilmente se tomen medidas que atenten contra una producción que tenga una alta aprobación pública porque los costos a pagar serían extremadamente altos. A la inversa, una producción con una pobre imagen en la opinión pública siempre estará a tiro de mayores exacciones o limitaciones. "Hay una alta dosis de hipocresía en la política porque se maneja con una enorme distancia entre el discurso y la realidad. Para los políticos todo se reduce a un problema de...

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