El sistema de jubilaciones reclama más reformas

La reciente sanción de una ley de jubilaciones trató cuestiones principalmente relacionadas con propósitos más coyunturales que estructurales. Con excepción de la opción de continuar trabajando hasta los 70 años, los cambios más relevantes atienden a los procedimientos de ajuste y a los acuerdos fiscales entre el gobierno nacional y las provincias.

El sistema de jubilaciones denominado de reparto está en crisis en casi todos los países en los que es aplicado. Hay dos razones para que ello ocurra. Una es estructural y está relacionada con una cuestión demográfica propia del cambio sociocultural. La otra resulta del aprovechamiento indebido que realizan los gobernantes de los fondos acumulados en las cajas de jubilaciones. Su uso con otros fines va en desmedro de la jubilación que recibirán quienes obligatoriamente debieron aportar.

El aumento de la esperanza de vida, la disminución de la natalidad y el consiguiente envejecimiento de la población fueron quebrando el equilibrio entre aportantes y beneficiarios, o sea, entre los ingresos y egresos. La medicina seguirá venciendo muchas enfermedades causantes de mortalidad, prolongando así la vida media. La esperanza de vida en la Argentina, que en 1960 era de 68 años para mujeres y 62 para hombres, aumentó en 2015 a 80 y 72 años, respectivamente. Por otro lado, los cambios culturales propenden a un mayor control de la natalidad y a una reducción del número de hijos. En definitiva, hay una tendencia estructural para que se produzca un desajuste creciente en los sistemas de reparto. Sin embargo, los gobiernos son en general reticentes a superar resistencias sociales y a elevar las edades de retiro a fin de atenuar ese desequilibrio. Sólo por este motivo inevitablemente caen las jubilaciones con relación al nivel de los salarios y al de los aportes.

Pero está también la segunda razón, que algunos califican acertadamente como estafa: el uso político de los fondos acumulados en desmedro de su protección y la generación de un rendimiento lógico. Un didáctico video de la Fundación Libertad y Progreso (https://www.youtube.com/watch?v=4oxH6jWQHOk&list=) muestra que si una persona con un sueldo mínimo en la Argentina hubiera destinado a construir casas las mismas sumas que aportó a la Anses a lo largo de su vida activa, a los 65 años tendría 3,5 casas de 46.000 dólares cada una, cuyos alquileres duplicarían lo que recibe mensualmente como jubilación mínima. Además, esos inmuebles quedarían en herencia...

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