El síndrome del arquero y la estrategia de intentar convencer con estadísticas

El arquero marroquí Yassine Bounou eligió tirarse a la derecho y le atajó el penal al español Sergio Busquets, durante el Mundial de Qatar

El placer de recibirlos nuevamente en este espacio para compartir con ustedes, queridos lectores, un interesante informe de un reconocido banco suizo llamado: "El síndrome del arquero".

Este pretencioso informe relaciona la habilidad de un arquero para atajar penales con una buena administración del dinero.

Para analizar la optimización de la toma de decisiones de los arqueros, se examinó la probabilidad que tiene un guardavalla en detener un penal.

Se utilizó un estudio muy serio publicado por un grupo israelí (MPRA) que, tras analizar miles de ejecuciones de tiros penales en diferentes ligas de futbol, en distintas épocas y en diversas categorías en distintos países, descubre que el arquero se lanzaba ya sea hacia la izquierda o hacia la derecha casi en el 94% de las ocasiones; por lo tanto, solo en el 6% de los casos simplemente se quedaba quieto en el medio, esperando que el balón fuera recto.

Las estadísticas obtenidas por la empresa israelí muestran que la distribución de los tiros penales fue la siguiente: 39,2% se dirigieron a la derecha; 32,2%, a la izquierda, y, finalmente, 28,7% fue pateado al centro. El informe sostiene que un arquero tiene casi las mismas probabilidades de éxito permaneciendo en el medio de su arco, sin hacer nada, que si se lanza hacia la derecha o hacia la izquierda.

Sin embargo, solo en el 6% de los casos se queda en el centro sin moverse, cuando aproximadamente un tercio de las ejecuciones van ahí.

Ocurre lo mismo en los mercados financieros, porque son muchas las veces que gana más dinero aquel que no se mueve demasiado. Se pierde más cambiando de inversiones todo el tiempo que dejando madurar una idea y esperando a que rinda sus frutos.

Quizás con la política económica de un país también pasa lo mismo. Aquellos que cambian las reglas del juego todo el tiempo se quedan sin reglas y sin quien, finalmente, las respete. Y los activos permanecen devaluados por falta de inversores.

Generalmente, los países desarrollados mantienen sus reglas claras y estables, que, aunque no sean tan buenas ni tan justas, por el simple hecho de que sean estables y permanentes generan más confianza en los partícipes de ese sistema que, en consecuencia, se animan a invertir a un largo plazo.

Por el contrario, el cambio permanente en las reglas del juego obliga al inversor a convertirse en...

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