Sincerar los precios, una opción

"Se desaceleró el mercado. Hay que admitirlo. Las operaciones se realizan, pero con más trabajo", se lamentó hace unos días un broker inmobiliario que conoce al dedillo esta plaza.La frase trascendió pese a mantener cierto hermetismo acerca de la posición en la que está hoy el sector de r eal estate local. Lo de siempre: nadie quiere ser emisario de noticias poco auspiciosas y de contribuir con ellas a que el mercado se detenga o, aun peor, se deprima.Es probable que no exista una sola razón que explique este comportamiento, sino un conjunto de factores que desfavorecen esa esperada fluidez en las operaciones.De todos modos, hay que reconocer que el ladrillo es la mejor inversión de la última década, con un crecimiento de los precios -si se calcula en los últimos tres años, incluyendo la crisis internacional-que se aproxima al 40 por ciento.¿Por qué entonces se advierte esa caída de la actividad en las últimas semanas? Uno de los aspectos, que afecta a muchos sectores de la economía, es la incertidumbre que genera un año electoral, ahora recalentado por las fuertes turbulencias políticas que desalientan y postergan cualquier decisión hasta que el panorama se aclare.Ni hablar de las inversiones, porque, salvo algunos empresarios locales (y con capital líquido en el bolsillo), con la falta de reglas claras en materia legal, son pocos los que se deciden a correr riesgos. Y sin inversión, no hay perspectivas futuras.El hecho de que los precios estén por las nubes es determinante. Y cuando la demanda ya no convalida esos valores, el mercado se ameseta. Surge así la irremediable puja entre vendedor y comprador para alcanzar un acuerdo razonable en una...

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