Simeone planteó dudas, lo que nunca genera

MILAN.- Es tan alta la estatura de entrenador que Diego Simeone alcanzó en Atlético de Madrid que a nadie en la conferencia de prensa se le ocurre preguntar por su continuidad, aun minutos después de perder una final, como si fuera algo obvio. El propio Cholo, que tiene contrato vigene hasta 2020, fue el que abrió una duda, el que dejó su futuro en el aire: "Es un momento para pensar, en eso estoy. Necesito tiempo para reflexionar, rodeado de los míos. Jugar dos finales de Champions en tres años es maravilloso, pero no estoy contento", sorprendió.

Simeone planteó la incertidumbre, pero no quiso ir más allá cuando, obviamente, se sucedieron las consultas para tener más precisiones. Como lo hacen sus defensores en la cancha en situaciones límite, sacó la pelota afuera: "Me estoy planteando pensar, simplemente. Soy de guardarme pocas cosas y ahora se me viene esa sensación. Me parece una cuestión lógica".

La amargura y la decepción iban por dentro en el director técnico, no dejaba que se traslucieran en su rostro. Sí admitió que partidos como el de ayer le "restan años de vida". En la derrota, aun cuando su equipo hizo el papel digno y competitivo que acostumbra, no hay consuelo para Simeone. Se aplica el duro código con el que siempre transitó por el fútbol: "Del segundo no se acuerda nadie. Perder dos finales es un fracaso. Sólo queda curar las heridas en casa", sostuvo.

El viernes, Simeone había dicho que para que el proyecto de Atlético de Madrid se sostuviera había que ganar. Para él, lo de anoche fue un objetivo incumplido, aunque su equipo fue capaz de reponerse a un comienzo flojo, a la consecuente desventaja del gol de Sergio Ramos, al penal que falló Antoine Griezmann en el inicio de la segunda etapa, a no haberse asustado cuando Lucas Vázquez y Gareth Bale tuvieron el segundo gol en sus pies, justo unos segundos antes del empate de Yannick Carrasco, que había reemplazado a Augusto Fernández para entregar...