Si sigue así, alguien va a intervenir

Todo lo que sucedió en la AFA no fue una sorpresa. Lo único que no podía preverse era el momento, aislado resquicio para el asombro, en medio del enésimo papelón. Hace rato da la impresión de que el Gobierno quiere poner un pie y medio en las decisiones del fútbol y, sin un candidato que asegurase el triunfo en las elecciones, otra ruptura era inevitable. Angelici, Lammens, D'Onofrio, Blanco y Cía. saben que la Superliga no es viable sin la votación -con presumible derrota- frustrada de ayer o... la intervención del poder político, algo que parecía inevitable. Pero sobre el filo del estallido, cuando se hablaba de renuncias en masa, todo quedó en veremos, como si 24 horas fueran suficientes para coser otro remiendo.

Hoy se promete una reunión de comité ejecutivo en la que habrá resoluciones. Parece difícil que posiciones tan férreas y distantes puedan acercarse con apenas una noche de consulta con la almohada. No es fácil imaginar cómo los poderosos convencerán a la mayoría -incluido Hugo Moyano- sobre los beneficios colectivos de la Superliga o cómo Angelici, Lammens, D'Onofrio, Blanco y Cía. se conformarán con la AFA en manos del sindicalismo, ya sea Moyano o su yerno...

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