Signo de los tiempos. Cuando la ficción del pasado explica la realidad de las mujeres del presente

Margot Robbie en Babylon

A veces parece que las noticias no pueden explicar el presente. Ni los manuales de historia, ni los digestos de derecho ayudan a entender por qué una madre tortura hasta la muerte a su hijo. O cómo leyes supuestamente progresistas generan efectos paradójicos y agravan, en vez de evitar, el sufrimiento de las víctimas.

Lo que el relato crudo del presente no aclara, el arte puede ilustrar bellamente. El filme Babylon (Damien Chazelle, 2022), por caso, puede verse como un espejo actual desde imágenes de los comienzos del cine . Como La gran belleza (Paolo Sorrentino, 2013) inicia con una escena de un baile frenético, que se extiende hasta la incomodidad de los espectadores. El contraste entre esas películas confirma que los excesos de hoy resultan ingenuidades al lado del desenfreno del mundo que siguió a la primera Gran Guerra y a la otra pandemia.

LOS LOCOS AÑOS 20

Aquellos años veinte se llamaron locos porque lo eran de manera superlativa. El desenfado sexual de entonces no pasaría ningún observatorio de género de estos días. Muchas mujeres se parecían a la "Muñeca brava" (1929) que Gardel cantaba como "flor de pecado" de veinte abriles, que a "los giles mareás sin grupo".

El personaje salvaje de Nellie LaRoy de Babylon se parece a Clara Bow, una mujer que nació pobre de solemnidad, con un padre abusador y una madre psiquiátrica. Pero llegó a ganar más que sus pares y, como las influencers de Instagram, fue referencia por su pelo corto, vestidos escasos sin corsés y andar alucinada de drogas y alcohol al son del jazz, entonces más escandaloso que el perreo de reguetón. A ella se le atribuye la frase "Cuanto más conozco a los hombres más amo a mi perro", que deja claro lo que pensaba del patriarcado. Su fama le generó el acoso de la prensa que exageraba su promiscuidad, su lesbianismo y escándalos que dejan en nadería los que llora Meghan Markle por Netflix.

Un poco después, Mae West apareció en el cine recién a sus cuarenta con un poder sexual que creímos había inaugurado Madonna. Ella supervisaba sus guiones que dejaron frases como "Cuando soy buena, soy muy buena. Cuando soy mala, soy mejor". O diálogos en los que humilla a los hombres como ese que le dice "Usted es una mujer peligrosa" y ella asiente con un sensual "Gracias".

En la Argentina, la victimización de la mujer apagó todas las alarmas institucionales que debían proteger a un niño abusado por su progenitora hasta morir en sus manos. Cuando la realidad...

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