Siempre amor: romances literarios argentinos del siglo XXI

No hay literatura sin amor. Y, como sugieren autores tan disímiles como Martha Nussbaum, Roland Barthes o Daniel Link, tampoco hay amor sin celos, sin la ansiedad de la espera, sin llantos, sin ternura ni ética. El amor en la literatura argentina fue abordado por un amplio conjunto de narradores que, desde Macedonio Fernández hasta el Roberto Arlt de El amor brujo, pasando por Martha Mercader, Ana María Shua, Daniel Guebel (en Nina) o Beatriz Vignoli en Nadie sabe adónde va la noche, encontraron la singularidad que cada historia de amor posee.

Los tiempos y las formas del romance cambian. Amores conyugales, aventuras clandestinas, dramas incestuosos; fugas de adolescentes, pasiones lesbianas y arrebatos proletarios arden en las páginas escritas tras el cambio de siglo. Ofrecemos un panorama en primera persona de 10 escritores contemporáneos en cuyas ficciones el amor es, también, motivo de interrogación e intriga.

Cristina Civale

Buenos Aires, 1960

Escritora, periodista y editora

«En mi última novela, Una historia familiar (Milena Caserola), la protagonista recurre en situaciones donde termina preguntándose por qué no pueden amarla. En la historia late la idea de que el dolor proviene de no ser amada, pero el dolor surge cada vez que ella puede decir «te amo». Es una idea que atraviesa algunas de mis otras ficciones. La enunciación del «te amo» dicho por mis protagonistas es lo que las coloca en una zona de malestar.»

Ignacio Molina

Bahía Blanca, 1976

Entre otros, publicó Los modos de ganarse la vida y Los estantes vacíos

Los puentes magnéticos (Entropía) es una novela que cuenta varias historias de amor. Lo que subyace en esas historias, y en las que se desarrollan paralelamente, es la ausencia del papá de Camila, desaparecido años atrás en la selva amazónica. Creo que la novela termina en el momento en que Camila, tras forzar situaciones, empieza a dejar atrás los duelos para entonces poder vivir otras clases de historias de amor.

Mariana Travacio

Rosario, 1967

Vivió en San Pablo; reside en Buenos Aires. En 2015 publicó Cotidiano

En medio de la desolación, los personajes de Como si existiese el perdón (Metalúcida) se profesan alguna clase de amor: quizás, bajo la forma de la ternura, incluso precaria, nunca dicha, pero puesta en acto: esos afectos que, en medio de situaciones extremas e inermes, ahí donde no hay casi nada, se terminan por adivinar en pequeños gestos.

Gabriela Cabezón Cámara

Buenos Aires, 1968

Es periodista y autora de...

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