Siempre hay alguna excusa para presionar al dólar; esta vez, el cepo y las elecciones

Mucho ruido y pocas nueces. Frase vieja y popular que se podría aplicar al mercado la semana pasada si se busca ser directos y breves, que dicho sea de paso, cerró con un balance mixto en los principales índices. No comenzó finalmente el ciclo de ajuste en la tasa americana, pero se mantiene la probabilidad de una posible alza este año. La Reserva Federal (Fed) decidió refugiarse en la coyuntura externa (en especial, China) para convalidar su posición, aunque trató –y lo logró sólo a medias– dejar en claro que la economía americana se mantiene por el camino correcto. Un movimiento (que no fue) y que, por ahora, tuvo como principal consecuencia proyectar una continuidad de la incertidumbre y garantizar una volatilidad alta. En este escenario le costará, por ejemplo, al mercado librarse de la corrección en la que aún encuadra y volver a la zona de máximos en el corto plazo.

¿Podrá haber rebotes? Seguro. La tendencia de fondo se mantiene positiva, y eso no cambió. Tampoco, en realidad, parece que cambiará la necesidad de los operadores de seguir estando atentos a la agenda de indicadores económicos propios como ajenos. Se reaccionará a ellos, en un punto, en que parte parece volverse a fojas cero, con inversores pendientes de la reunión del organismo en octubre, o, en su defecto, diciembre. De hecho, no falta mucho para cerrar 2015. Hay que considerar que ya se está cerca de entrar al último trimestre del año, y por ende, eso recuerda además que también deberemos sumar como un driver más para el mercado una nueva temporada de resultados corporativos. La visualización de una recuperación en las tasas de crecimiento en las ganancias, como en parte se espera, podría por ejemplo ser un buen catalizador para las acciones en el marco actual. De lo contrario, sólo sería un peso más que adicionaría mayor volatilidad.

En lo local, la cercanía de las elecciones y las restricciones cambiarias que existen –y se profundizarían–sólo llevan a una mayor presión sobre el dólar con una brecha entre el oficial y el marginal que vuelve a dispararse a niveles de 70%, a pesar de la intervención creciente del BCRA y otros organismos oficiales. Se suman además emisiones de deuda, regulaciones (nuevas), holdouts, campaña y decisiones políticas como temas que influyen...

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