Para el clásico, San Lorenzo se rehace y Racing es pura expectativa

En el fútbol argentino se rinde examen a cada paso. Con rapidez, el mejor pasa a ser el peor, y viceversa. Las alegrías tienen escaso margen para el disfrute; también, lo que era desesperanza puede convertirse plena felicidad. San Lorenzo y Racing pueden certificar que la loca rueda gira a velocidad máxima, y que los humores se modifican con un par de resultados. El Ciclón es el campeón, pero un arranque dubitativo en el torneo y la Copa Libertadores ya genera cuestionamientos, miradas de desconfianza para un ciclo que recién dio sus primeras señales; la Academia, que hace poco sacaba cuentas para controlar la tabla de los promedios, ahora se siente con la fortaleza para pelear por el título, después de un inicio avasallante. Sí, todos esos sueños y frustraciones se construyen de una semana a la otra."No tuvimos ni tendremos mucho tiempo. Jugás un partido y al otro día ya tenés que prepararte para el siguiente. Veremos si podemos sacarnos la espina que tenemos de estas dos derrotas", comentó el técnico Edgardo Bauza, que reemplazó a Juan Antonio Pizzi en San Lorenzo. Las bofetadas recibidas ante Olimpo y Botafogo encendieron con antelación las alarmas en Boedo, donde la Copa Libertadores es una obsesión.Para el clásico, el debut del colombiano Carlos Valdés y la presencia desde el comienzo de Romagnoli son los movimientos de nombres de los que echa mano el entrenador. No desplegó buen juego San Lorenzo en Bahía Blanca ni en Río de Janeiro, además de demostrar deficiencias para defenderse y escaso poder de fuego. El ingreso del zaguero desplaza de la formación a Pablo Alvarado, el capitán que tiene ofrecimientos para jugar en Atlético Paranaense, de Brasil, y por quien el DT no pondrá reparos en aceptar la negociación; el liderazgo de Romagnoli es una carta para apuntalar a Correa y Piatti, dos futbolistas que fueron determinantes en la reciente consagración.En estado de gracia está Racing. Cumplió con lo que se esperaba en el arranque...