La era de los sesgos cognitivos y esos raros humanos nuevos

El antropólogo Joseph Henrich investiga el mundo de los sesgos

Se vive la era de los sesgos cognitivos, esos efectos psicológicos que dificultan procesar la información y llevan a distorsiones interpretativas y a juicios inexactos; esa irracionalidad que distancia al Homo sapiens del Homo economicus.

Los fallos registrados orillan los 200, pero si se refresca la lista de Wikipedia en un par de meses el número puede subir.

Tanto error humano lleva a la reflexión. ¿Acaso el Homo sapiens no es la cumbre de la evolución, la especie cuya capacidad intelectual lo deposita en la cima del mundo natural? La mejor justificación para los sesgos es que son conductas adaptativas surgidas hace cientos de miles de años, muy útiles hasta hace poco. Los tiempos desde la revolución industrial modificaron tan velozmente el contexto que el ser humano se encontró de súbito con cantidades de información imposibles de procesar con criterio, y con tentaciones que a nuestro cerebro paleolítico le cuesta rechazar.

La hipótesis adaptativa de los sesgos tiene una implicancia poderosa. Si la humanidad heredó estas conductas precipitadas, entonces la humanidad heredó estas conductas precipitadas. Sin rodeos literarios, si debemos los sesgos a nuestros ancestros, todos los humanos deberían exhibirlos por igual. La mayoría de los experimentos, sin embargo, pescan sesgos en estudiantes de universidades prestigiosas, un método que estadísticamente equivale a preguntarles a los vecinos del barrio si les tientan las medialunas, y concluir que la especie tiene problemas de gula.

Si bien hay sesgos universales, el antropólogo Joseph Henrich se puso a indagar si son iguales para todos. Si la respuesta es no, los experimentos sobre sesgos… bueno… estarán sesgados. Henrich, profesor de Biología Humana Evolutiva en Harvard, publicó el año pasado The WEIRDest People in the World (La gente más rara del mundo), donde revela que los más extraños del mundo son, irónicamente, aquellos sujetos experimentales universitarios. WEIRD es, además, una sigla que los caracteriza bien. La W indica Western (Occidental), la E es Educado, la I significa Industrializado, la R es por Rico, y la D por Democrático. Henrich no es un antropólogo de sillón; hizo trabajo de campo con los machiguenga en la Amazonia peruana, con los habitantes de la isla Yasawa en Fiji y con los mapuches chilenos. Esta experiencia, sumada a otras, lo llevaron a concluir que los sesgos humanos tienen rangos diversos, y que los...

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