Servicios fúnebres 2.0. Las nuevas tendencias en el negocio de la verdadera última milla

Cuando yo me muero no quiero llantos ni penas, prefiero que se me vele bailando una rica plena", cantaba el uruguayo Rubén Rada a inicios de este siglo en su canción Muriendo de plena, que en su letra mezclaba ritos funerarios con el género musical caribeño. En la Argentina, la preferencia por "celebrar la vida" en lugar de homenajear al fallecido no está tan clara como en la canción del vecino charrúa, pero lo cierto es que la elección de la cremación en lugar del entierro y la deslocalización de las ceremonias están empujando a los servicios exequiales al borde de una profunda transformación que obligará a las compañías del sector a reinventarse o a esperar su propio funeral.

Entierros sustentables, más cremaciones y menos tiempo y gastos en el velorio son las tres grandes tendencias que revolucionan al sector. "Hay que entender que los cambios culturales en este sentido van mucho más lentos que otros y pueden tardar hasta medio siglo, porque se trata de un tema tabú -explica Jorge Bonacorsi, presidente de la Federación Argentina de Entidades de Servicio Fúnebre y Afines (Fadedsfya)-. Además, las transformaciones van más rápido en los grandes centros urbanos y a otro ritmo en el interior del país".

A pesar de que la disrupción no es tan veloz como en otras industrias, las compañías de servicios exequiales ya piensan cómo adaptarse a un nuevo cliente para no perder un negocio que, según fuentes del sector, mueve alrededor de $ 4800 millones y emplea, solamente en las cocherías y salas velatorias, a 10.000 personas.

"No tiene dónde caerse muerto" fue la frase de cabecera de la generación que creció en el siglo XX para hablar de una persona quebrada económicamente, recuerda Mario Marcos, gerente general del grupo Jardín del Pilar, y asegura que las parcelas en los cementerios privados ya no son vistas como una inversión de valor. Siete de cada 10 personas prefieren la cremación después de morir, indica un estudio encargado por el grupo de cocherías y cementerios privados.

También hay una preferencia por velatorios más cortos y menos pomposos. En el caso de Jardín del Pilar, cuatro de cada diez servicios que en la actualidad realiza la compañía no cuentan con velación en sala y los familiares optan por la ceremonia directa en el cementerio. Ambas tendencias se cruzan con una tercera: la preferencia por servicios más sustentables.

Sustentabilidad para la posteridad

A pesar del esfuerzo para romper el tabú, y mientras las grandes compañías cambian sus servicios para que sean más "verdes", comienzan a surgir alternativas sustentables desde los emprendimientos. Restbox es un fabricante de ataúdes de cartón que hoy lideran Mauricio Kalinov y Alejandro Faks. La empresa provee a 70 cocherías en todo el país y Faks asegura que su producto, además de ser más amigable con el medioambiente, cuesta $ 700, "menos del 10 por ciento del precio del ataúd de madera, que puede llegar a salir hasta 20.000 pesos".

Aun con las ventajas que enumera -a la que añade el bajo costo de transportar los ataúdes de un lugar a otro- no es un producto fácilmente marketineable, admite Faks, y tampoco es un mercado fácil para ingresar...

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